El Río Breogán se enchufa tarde y cae en el Pazo ante un resistente Gran Canaria (81-92)

FORZA BREO

Mavra (al fondo), intentando lanzar un pase a un compañero en el partido de este sábado
Mavra (al fondo), intentando lanzar un pase a un compañero en el partido de este sábado MANUEL GUEDE

Los celestes, que perdían por 19 mediado el segundo cuarto, reaccionaron y llegaron a situarse a solo dos en los compases finales del partido

09 nov 2025 . Actualizado a las 12:20 h.

Un auténtico equipazo comparecía en el Pazo. Herido, sí, aún por debajo del nivel que de él se espera, pero con un róster para echarse a temblar cuando quien le espera en el duelo maneja uno de los prepuestos más austeros de la competición. El Río Breogán tenía enfrente a uno de los denominados grandes y necesitaba su mejor versión, que encontró demasiado tarde y ya no pudo neutralizar la ventaja que habían adquirido los insulares: 81-92

Los celestes salieron con su quinteto de gala y apenas 15 segundos tardó Keandre Cook en enchufar el primer triple. Ocho, nada menos, había anotado en la manga inicial ante el Granada. El listón estaba exageradamente alto. Parecía imposible repetir aquello y el Gran Canaria esfumó las ilusiones con un parcial de 0-11 impulsado desde el arco de 6,75 y generando tiros cómodos con el extra pass. Esta vez, la puesta en escena del Breo fue muy discreta. Rebasado el ecuador del acto, Luis Casimiro ya se vio obligado a llamar a capítulo a sus hombres porque el rival se escapaba (7-19). Salió a escena Dominik Mavra para tratar de encauzar los ataques, hasta entonces pasados de revoluciones, pero tampoco con el cambio en la batuta conseguirían lo celestes ponerse a la altura de un Gran Canaria con mayor dominio del escenario. 11-23 reflejaba el marcador a la conclusión del primer cuarto.

Danko Brankovic se afanaba por coger protagonismo en la pintura y Francis Alonso insistía con las penetraciones, pero enfrente había un adversario que exigía, más que destellos, un baloncesto rico de recursos que el Breogán no terminaba de encontrar. Tuvo que parar de nuevo el partido Casimiro porque los visitantes les doblaban en el marcador: 16-32 (min 23). Además de reclamar «un Pazo digno», el público se esforzaban porque no decayeran los ánimos en sus guerreros, y Casimiro rotaba el banquillo en busca del urgente golpe de timón. Mientras los anfitriones buscaban soluciones, el Gran Canaria trataba de explotar las concesiones para dejar vacunado el partido. Se activó levemente el Breo y gastadas las dos primeras mangas, la ventaja visitante ya no era tan desoladora como cabía esperar: 37-49.

Mihajlo Andric reforzó las esperanzas locales con un triple muy madrugador que dio paso a un intercambio de canastas que en absoluto favorecía a los lucenses, obligados a una remonatada que exigía un paso al frente en defensa. El partido avanzaba sin variar su cauce, con un Breo más vulnerable atrás de lo que requería la situación, un Gran Canaria resistente y un Pazo «hasta los huevos» de las decisiones arbitrales. Con 56-65 y viendo que el rival crecía, Laka Lakovic detuvo el choque. Parcial de 2-7 y turno de palabra para Casimiro. Un vaivén de emociones y sensaciones que dejaba el marcador en 64-77 después de 30 minutos.

Un parcial de 7-0 en el arranque de la manga final multiplicó la decibelios en el Pazo. El crecimiento del Breo era incesante y el partido se iba encaminando a un final a cara o cruz. Se llegó al 75-77, a dos minutos del final la diferencia era de solo cinco puntos (79-84), y aparecieron entonces Brussino y Laveyrie para sentenciar con sendos triples.