¡Ya son parte de nuestro paisaje!

FUGAS

JAVI BECERRA / JORGE GARCÍA

Los festivales llegarán a su esplendor en los próximos meses, dando sonido a la geografía gallega. Medidos, con sus aspectos singulares y con proyección a nivel nacional (y algunos incluso internacional) viven un momento dulce. Los melómanos están de fiesta

03 jun 2016 . Actualizado a las 16:18 h.

Ya está. El sol ha salido. Y con él un rosario de festivales desperdigados por todos los rincones de Galicia. Hubo en los años precedentes burbuja festivalera. Crisis devastadora. También bajas por el camino. Ahora parece que la situación se ha asentado y racionalizado. Nada de concejales anunciando su Benicasim particular. Sí propuestas de tamaño medio, que buscan una diferencia y una personalidad. Funcionan de imán para el público gallego, nacional y, a veces, incluso internacional. «Los festivales tienen un protagonismo muy por encima de la media en relación a su situación geográfica y su demografía», opina Julio Gómez, responsable del Sinsal San Simón. «El Resurrection Fest, por ejemplo, es un milagro-continúa- y hay proyectos muy interesantes, modestos, pero muy comprometidos y ligados al territorio. Hay que estar muy satisfecho con nuestro papel». Por alusiones habla Fernando Gómez, del Resurrection: «Ahora mismo estamos gozando de nuestro mejor momento y estamos en pleno crecimiento. En sólo tres años hemos triplicado nuestro público».

De todo este movimiento parece que han tomado nota algunas instituciones. Se han visto estas citas como uno de los valores de su política turística. Kin, que lleva el Portamérica y el Cultura Quente, lamenta que «nunca ha habido una intención de considerar la música como un sector estratégico». Pero, al tiempo, saluda la iniciativa conjunta de promoción de los festivales de las Rías Baixas: «El turismo de eventos ha subido entre un 7% y un 8% frente al de playa y es el momento de ir todos a una, porque existe un conjunto de eventos aquí que te permiten estar un mes de festival en festival conociendo Galicia».

«Se trata de posicionar el turismo musical como parte de la oferta de la zona», piensa Jordi Lauren del SonRías Baixas. «Si juntas las playas, la gastronomía y una programación atractiva triunfas con el conjunto de todo. La gente más que un cartel muchas veces busca una experiencia completa más allá de lo musical», señala. «Traer al público a Galicia es difícil porque quedamos lejos, no estamos bien comunicados y, aún por encima, tenemos el estigma del tiempo, que echa a la gente para atrás. Pero una vez que los tienes aquí están ganados», dice Kin.

Reconocimiento

El trabajo de estos eventos ha sido validado con el mejor de los reconocimientos: la asistencia. Pero, a mayores, han llegado algunos ramos de flores a tener en cuenta. En octubre del año pasado los Premios Fest dijeron que Sinsal San Simón era el mejor festival nacional de pequeño formato. También que el Portamerica, el que mejor zona de restauración presentaba.

Sinsal San Simón cuenta con la particularidad de celebrarse en una isla con un cartel que el público descubre al llegar allí. «Si sabemos trabajar en la línea en la que estamos -reflexiona Julio Gómez-, Sinsal en San Simón es un festival único en el mundo, pequeño pero de gran impacto nacional e internacional para su dimensión. Es un festival sostenible porque su presupuesto es muy pequeño, teniendo en cuenta que otros eventos necesitan muchos miles de euros».

La tendencia, según Gómez, pasa por la «profesionalización del festival mas allá de la asociación cultural o del grupo de amigos que se unen para hacer un evento cultural». Y, dentro de ello, tiene cada vez más importancia el público familiar. Toño Caneda, del Atlantic Fest, dibuja un panorama futuro en el que «los eventos serán mayoritariamente por el día» precisamente para eso. En esa línea Fernando Gómez habla del Resurrection: «Familias enteras acuden al festival, de ahí que sea importante proporcionar servicios de ludoteca infantil, como nuestra iniciativa ResuKids, o dejar entrar gratis a los menores de 13 años».

ALBERTO LÓPEZ

Portamérica: Sonidos que unen Europa y América

Empezó en el 2012 jugando con la idea de tender un puente entre América y Europa. Ahora «ya es una cita del verano para mucha gente», subraya Kin, su director. Ese encuentro se celebra cada verano en Nigrán. Reúne a un público variopinto: «Nuestro target es universal. Al incluir la alta gastronomía dentro de la oferta, igual puedes encontrarte a alguien de 15 como de 65 años y conviviendo perfectamente. Los artistas más populares los ponemos a la hora de ese público más adultos. Y las pildoritas de calidad y los descubrimientos latinos en otras».

En esa línea de artistas conocidos este año se hace una doble apuesta. El primer día, viernes 15, coronan el cartel Molotov y Amaral. El segundo, sábado 16, Bunbury y Love of Lesbian. Con esos ganchos se prevé llenar el Porto do Molle. Siguiendo el listado del cartel, en posiciones más modestas aparecen artistas muy interesantes. Desde un clásico del punk-pop como The Undertones a nombres fulgurantes del último indie nacional como León Benavente. De bandas como Izal, que ya aspiran al trono de Vetusta Morla, a perlitas del rock mexicano como Sonido Gallo Negro.

Además, FM Belfast, Nortec Collective presents Bostich and Fussible, Amaro Ferreiro, Eme DJ, Pony Bravo, Talisco, Myles Sanko, Furious Monkey House, Leiden, Retrovisor y ElyElla Dj´s completan la oferta musical. La apuesta, como se puede comprobar, resulta totalmente ecléctica. «Se ha disgregado todo tanto que al final tienen que hacer equilibrios buscando la confluencia de diferentes públicos», justifica Kin. «Antes a lo mejor tenías 30 o 40 artistas que te garantizaban un lleno. Ahora estamos ante una crisis de headliners. Es decir de esos cabezas de cartel con valor industrial. Además, en Galicia estamos a la cola para competir».

Por ahora, esta fórmula -amigable, modesta y sin aglomeraciones -les ha funcionado. «Yo creo que la clave de nuestro éxito es que se ha logrado crear un espacio de convivencia en un lugar donde se está cómodo. Ves a la gente contenta y en un ambiente sano y eso es el premio», valora.

Cultura Quente: Retorna el rock clásico

Se quedó descolgado por las crisis en su momento. Pero ha retornado con la misma filosofía. «Apostamos por el rock clásico, que tiene muchos seguidores, pero a veces cuesta encontrar a estos grupos en otros festivales», apunta Kin. «Por ahora la gente está respondiendo muy bien y todo apunta a que este año ocurrirá lo mismo».

Compuesto por dos jornadas, en la primera (jueves 24 de junio) ejercerán de estrellas un trío de imprescindibles. Por un lado Los Enemigos, apuesta segura donde las haya. Por otro, Marky Ramone, tirando de un repertorio mítico. Y, por último, 091, la gran reunión del año en el rock nacional. Completan Furious Monkey House, Havalina, Agoraphobia, Tractor Troy y Dj Rafa Morcego

El 25 de junio el protagonismo recaerá en los americanos Supersuckers. Tocarán también Los Ilegales, Siniestro Total, El Drogas, The Soul Jacket y Habitación Vudú y Dj Lagartija.

Sonrías baixas: guitarras reivindicativas a la orilla del mar

Pausado, pero constante. Así ha sido el crecimiento del Sonrías Baixas, un festival dedicado al rock en español y bendecido por una ubicación privilegiada. «Nos diferenciamos mucho de Levante, por ejemplo. Aquí estamos atrayendo a nuevo público nacional y portugués», señala Jordi Lauren, su impulsor.

Este año cuentan con material al gusto de los amantes de las guitarras rabiosas y reivindicativas. Así, el cartel lo conforman La Gran Pegatina, Soziedad Alkoholika, La Vela Puerca, Heredeiros da Crus, Lendakaris, Boikot, Vendetta, La Sra. Tomasa, The Skarnivals, Chotokoeu, Poetarras, Gold & Colt y Gato López.

«Ahora todo se ha hecho más razonable», reflexiona Lauren. «Los patrocinios privados son difíciles de conseguir, pero si se trabaja bien las empresas están interesadas. Nosotros ahora hemos alcanzado un tamaño ideal. Andamos entre los 6.000 y los 7.000 espectadores al día y estamos satisfechos».