Lana del Rey, una estrella pop que va más allá del supuesto plagio a Radiohead

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¿Ha copiado el clásico «Creep» en «Get Free»? La polémica está ahí, mientras el foco se vuelve a poner sobre ella, recordándonos que se trata de una gran artista

19 ene 2018 . Actualizado a las 20:38 h.

Lana del Rey siempre se la ha cuestionado por su originalidad. Cuando surgió en el 2012 con Born To Die, sus detractores subrayaron que se trataba de un sucedáneo del trip-hop de los noventa mezclado con aromas retro de los cincuenta. Y efectivamente, el fantasma de Portishead aparece en su música de continuo. Sin embargo, en su último disco ha ido un poco más lejos. Geet Free tiene una estructura que recuerda poderosamente al celebérrimo Creep de Radiohead. Cierto es que, a partir de ese supuesto calco, surge otro tema. Pero lo que resulta innegable es el juego de sombras sonoras que se produce entre ambos.

Ahora habrá que ver en qué queda el affaire. Según Lana del Rey, los abogados de Radiohead se pusieron en contacto con ella para exigir el 100 % de los derechos del tema. «He estado ofreciendo hasta el 40 % en los últimos meses, pero sus abogados han sido implacables, por lo que resolveremos esto en los tribunales», dijo. Sin embargo, la editora de las canciones de Radiohead (Warner/Chappell) aclaró después que no se ha interpuesto ninguna demanda.

Mientras todo el problema avanza, se hace necesario recordar que los propios Radiohead ya fueron puestos en tela de juicio en su día precisamente por el tema que supuestamente ha copiado Lana del Rey. Y es que partes de Creep tienen un sospechoso parecido con partes The Air That I Breathe de The Hollies. Así se denunció y no hubo más remedio que acreditársela a Albert Hammond y a Mike Hazlewood como coautores.

A la espera de que la Justicia se pronuncie, si es que finalmente lo tiene que hacer (que, visto el dinero que hay en juego, seguramente lo haga) quizá no queda más remedio que relativizar. La constante retroalimentación del rock y su reciclaje continuo a veces deriva en casos como este. De un tema maravilloso surgió otro tema maravilloso y de este, otra joyita más. Todos con un ángel común que se materializa en una secuencia de acordes idéntica pero un resultado distinto.

Pero, además, la polémica ha servido para poner en primer plano a Lana del Rey, una estrella a la que muchos intentan estrellar desde el primer momento. Pese a ello, se ha labrado una carrera y un personaje de lo más interesante. Ya la ven, ahí arriba, magnética, como si saliera de un filme del Hollywood clásico, pero se presentase en el 2018 como lo más moderno del mundo. Lo hizo en el 2012 con temazos como Video Games y Born To Die. Decían que se trataba de un fenómeno de temporada. Pero no.

Elizabeth Woolridge Grant es un icono total. Su mezcolanza de referencias selectas con alcance para todo los públicos la ha convertido en omnipresente en el pop de los últimos años. Aunque su segundo trabajo Paradise (2012) bajaba un poco el nivel, con el sombrío Ultraviolence (2014) firmaba una pequeña delicia. Posteriormente, Honeymoon (2015) y Lust For Life (2017) consolidaban una interesante carrera que ha merecido el seguimiento de sus miles de fans, pese a que desde la crítica se la siga cuestionando.

Son esos choques de energías que, en ocasiones, generan los artistas pop cuando llegan al gran público con presupuestos minoritarios. Curiosamente, lo que también sufrieron muchas veces Radiohead, eternamente cuestionados por su autenticidad. Ahora han puesto el foco en una Lana del Rey. La luz, como se puede comprobar, le sienta de maravilla.