«Soy carne de cañón para festivales»

TEXTO: CARLOS CRESPO

FUGAS

cedida

Tras un gran disco, tan variado como desbordante de personalidad, Patricia Moon ha articulado un directo rockero en sus hechuras y negroide en su alma. Es su hora

23 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Rebelde y desenfadada por naturaleza ha ido Patricia Moon tejiendo sus ilusiones sobre una robusta arquitectura. En su formación y en su desarrollo. En su sonoridad y en su estética. Rock & Love, su último disco, revela a una artista poliédrica que ha ganado en madurez y valentía. Estos días lo defiende en directo junto a una all star de esencia roquera con 5 músicos en escena.

-¿Por qué hay en Galicia tan pocas mujeres al frente de grupos de rock?

-En Galicia y en todas partes. Cuando estuve en el Berklee, en Boston, el 80 % del alumnado eran hombres. Aunque yo estoy muy a gusto con mis compañeros, el ambiente de la música es hostil para una mujer. Nos cuesta el triple conquistar nuestro espacio. Basta con ver lo que pasa en los festivales.

-Es cierto. ¿Por qué crees que no cuentan contigo?

-Eso tendrías que preguntárselo a los programadores. Yo soy carne de cañón para los festivales. Creo que mi propuesta encajaría perfectamente, pero prefieren llevar a una banda de chicos.

-Uno de tus últimos proyectos fue ponerte en la piel de Amy Winehouse. ¿Qué has aprendido de ella?

-Que no quiero ser Amy Winehouse [se ríe]. Quiero estar viva, ser yo misma. Pero sí, Amy me ha aportado muchas cosas y me ha servido como trampolín para llegar a los músicos que quería llegar.

-¿Qué queda en la Patricia Moon actual de su formación clásica?

-Muchísimo. Siempre que puedo regreso al clásico y es como una vuelta a casa. Nunca lo voy a dejar. Me ha marcado mucho técnicamente y me ha abierto incontables horizontes.

-Y el violín, ¿qué supone para ti?

-Es una proyección de mi brazo. Ni siquiera lo entiendo como un instrumento. Lo cojo, lo toco y no pienso, solo disfruto.

-¿Qué ha supuesto Ara Malikian para los violinistas «heterodoxos»?

-Ha abierto un campo para todos. Aparte de ser un prodigio, ha conseguido llevar la música clásica al pueblo. Y ha normalizado al violín y al violinista encima de un escenario.

-¿Qué porcentaje de tus sueños has visto ya cumplidos?

-Bastante. He alcanzado cosas que ni podía imaginar. Como estudiar en Berklee. O tocar con músicos que son leyendas. He conseguido muchísimas cosas pero mi lista de sueños era muy grande. Eso sí, ahora solo me marco objetivos reales y a corto plazo.