Nathy Peluso: «No tengo ni idea de qué es lo que ahora mismo suena en las radios»

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Asombra la madurez de su discurso, su cultura musical y la claridad de sus ideas. Dijo adiós a la Nathy urbana para abrazar a la latina. Mañana, la diva de la salsa abrirá junto a Wöyza el ciclo «Contrariadas»

12 ene 2019 . Actualizado a las 12:34 h.

Sorpresas te da la vida, que diría su admirado Rubén Blades. Una de las influencias que Nathy Peluso (Luján, Argentina, 1995) reconoce. Junto a Celia Cruz, Armando Manzanero, Los Panchos o Gloria Estefan. Absolutamente impropias de su edad, le digo. «Puede que sí, pero es que yo no escucho nada de música actual. No tengo ni idea de qué es lo que suena en las radios. Te juro que no me sé ni una letra de las canciones que se sabe toda la gente de mi edad. Pero también te digo que cuando me pongo a cantar Dos gardenias en los directos todo el mundo se la sabe».

Y es que, aunque aún no ha cumplido 24 años, Nathy Peluso ya ha tenido ocasión de reinventarse. Su primer disco, Esmeralda, en el que se acercó a las músicas urbanas lo asume, irónica, como «un error de juventud». «No me representa», añade. Y en esto llegó el segundo, La Sandunguera, y descubrimos a una Nathy Peluso latina, poderosa y juguetona (muy Celia Cruz o Carmen Miranda) pero al tiempo vulnerable y sensible (muy Nina Simone o Etta James). «Claro, mis imperfecciones son muy constructivas. No las escondo. Son algo inspirador y natural. Son las que reafirman mi condición humana. Mostrar mis debilidades es un signo de fortaleza».

-Juegas a la fusión y a la confusión.

-No es un juego. No soy capaz de hacer otra cosa. Musicalmente me inspira el bolero, la salsa, la bossa nova, el jazz, el rap... Y quiero hacerlo todo. No me queda otra que hacer fusión con todo eso que me conforma como artista. Y si mi mensaje se interpreta como confuso es quizá porque es demasiado humano. Y eso es algo a lo que no estamos muy acostumbrados.

-¿Te sientes más cerca de una diva del soul que de una diva del rap?

-Yo creo que voy a ser una diva de la salsa [se ríe]. Eso es lo que mejor me definiría. El soul lo llevo en el alma, pero al final, está lleno de tristeza. Y yo lo que espero es llevar a la humanidad un poco de color y alegría. Soy nostálgica y tanguera pero también latina y caribeña, y me hierve la sangre.

-Te has acercado a muchos géneros. ¿Te atreverías con el flamenco?

-¡Uf, madre mía! Creo que no porque no lo conozco, no lo he mamado. Me apasiona, pero me parecería muy pretencioso. Ahora mismo no estoy nada flamenca, estoy muy latina. Aunque al final todo confluye en el mismo núcleo. Pero bueno, aún soy pequeña. Tengo tiempo de experimentar.

-Ya hay quien apunta una rivalidad entre Nathy Peluso y Rosalía.

-No tiene ningún fundamento. Hacemos cosas muy distintas. Simplemente nos parecemos en que somos dos mujeres que estamos haciendo las cosas bien. Más que alimentar una rivalidad, sería muy bonito alimentar la solidaridad. Todas podemos triunfar. Nunca he entendido que solo pueda haber una reina. Ahí tienes a Rihanna y Beyoncé. Siempre han querido enfrentarlas y no tiene sentido. Son reinas las dos, completamente distintas, y las dos inspiran a la mitad del mundo. Eso es lo más bonito.

-En la música latinoamericana, hoy son las mujeres las que están trazando los más interesantes caminos. ¿Por qué crees que está ocurriendo?

-Mujeres poderosas que han cantado las habido siempre. Pero el movimiento feminista nos ha hecho más visibles. Y más fuertes.

-En alguna ocasión has dicho que ni la música ni el sentir tienen que ver con lo que tengas entre las piernas.

-Sin duda. Nunca he querido hacer bandera de nada. El feminismo hoy lo veo no como una moda, sino como algo natural y muy necesario.

-En Instagram ofreces por momentos una imagen sofisticada y sexy y en otros de lo más cotidiano, incluso doméstica. ¿Cuál es la Nathy real?

-Las dos lo son. Persona y personaje van de la mano. Se puede ser natural siendo sexy, divertida, irónica o eso que la gente llama ridículo. A mí me encanta ser ridícula. Creo que ahí reside una belleza superúnica.

-Para los heavies es la melena, para los hipsters la barba... ¿Son las uñas el elemento estético icónico de los millennials?

-¡Ah!, pues puede que sí [se ríe]. A mí siempre me encantaron las uñas largas. Pero eso es algo súper noventero. La estética ninetys es mi favorita y, mira, ahora mismo vuelve a estar muy presente.

-¿Te veremos con hombreras?

-¡Por favooor! Yo me las pongo sin dudarlo.

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