El tahúr que halla la belleza en la mínima expresión

FUGAS

Álvaro Ballesteros

Win Mertens se asomará esta noche al Teatro Colón, de A Coruña

01 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Surgen cada cierto tiempo determinadas expresiones que calan hasta el tuétano en el personal y que se convierten en cita recurrente hasta llegar al hastío. La del año pasado creo que fue aquello de «salir de la zona de confort». ¡Qué pesadilla! Pues bien, por lo escuchado en los últimos meses va camino de sucederle «menos es más», una cuestionable aseveración revestida de grandilocuencia, cuando no de falsa modestia.

No es el caso, desde luego, de quien hace décadas convirtió en máxima sustancial de su creación la frase hoy de moda. Y a ello ha dedicado su vida y su carrera.

A finales de los 70, cuando el devenir de la música se debatía entre tendencias tan antagónicas como el visceral primitivismo del punk, la barroca sofisticación de la new age y la lúdica frivolidad del tecnopop surgió en escena un grupo de compositores que rompieron los esquemas por el flanco más inesperado. Despojando por completo a su música de elementos ornamentales y ahondado en las posibilidades armónicas y cautivadoras de la reiteración. Eran los minimalistas.

En ese genérico epígrafe se enclavaron músicos de tan distinto pelaje como Michael Nyman, Philip Glass, Laurie Anderson o el belga que esta noche se asomará tras el telón del Colón, Win Mertens.

La trayectoria de Mertens quedó marcada por la publicación en 1984 de Maximizing the Audiencie, el disco que más ha acercado el minimalismo al público generalista, y por la creación de la banda sonora de El vientre del arquitecto. Dos hitos en una trayectoria coherente con la búsqueda de la belleza en la mínima expresión.

A CORUÑA TEATRO COLÓN viernes, 20.30 DESDE 23,60 EUROS