Sophie Auster: «Grabar en Nueva York es una locura»

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Presenta en Ourense su nuevo disco, «Next time», con el que da un importante salto cualitativo como compositora e intérprete respecto a su anterior trabajo

17 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En efecto, es la hija de Paul Auster y Siri Hustvedt. Y, por supuesto, está tan acostumbrada como hastiada de que le pregunten por su linaje literario. Evitemos el tema y centrémonos en el último disco de Sophie Auster, Next time, en el que da un salto cualitativo de gigante con respecto a su anterior trabajo (Dogs & men, 2015) y se descubre como una hacedora de canciones con una personalidad arrolladora. Se encuentra de gira por España y recala mañana en Ourense. Responde a las preguntas desde un restaurante en Barcelona, «pero ya sé lo bien que se come en Galicia. Estoy deseando probar el pulpo», apunta certera.

­-Hay una evolución enorme en Next Time.

-Es fruto de un viaje intentando encontrarme a mí misma. Creo que en los últimos tiempos he crecido y he madurado mucho. He llegado a entenderme a mi misma mejor y tengo mucho más claro quién soy. Eso está muy claro en el disco, refleja bien esa maduración.

­-Se ha tomado cuatro años para sacar un nuevo disco.

-En realidad no fue tanto tiempo, porque pasaron muchas cosas entre los dos discos. Me echaron de la discográfica y tuve que buscarme una nueva para poder sacar el disco, y eso me llevó mi tiempo, hasta que al final di con la que quería y empezamos otra vez el proceso. Puede parecer mucho tiempo, pero te aseguro que no tuve descanso.

­-Además desechó un disco que tenía ya listo para salir al mercado.

-No estaba exactamente listo, pero sí que llegué a grabar doce canciones. Estaban prácticamente terminadas. Era un material totalmente diferente al que está en el disco. Pero de alguna manera me di cuenta de que las canciones no eran tan fuertes como yo quería, así que decidí cambiar de dirección, empezar de cero de nuevo. Sonaba como una tortura tener que hacerlo todo de nuevo, pero sentí que lo necesitaba. Tuve que hacer un ejercicio de honestidad y autocrítica enorme para reconocer que aquellas canciones eran aburridas. No quería pasarme los meses siguientes cantando esos temas por los que no sentía ninguna pasión. Así que creo que fue una buena decisión, fue poco inteligente por mi parte haberme metido en el estudio tan precipitadamente.

­-¿No salvó ni uno de esos temas?

-Bueno, me quedé con Mary Jane's, que sigue estando en el disco. Pero no tiene nada que ver la nueva versión con la original. Tiene una producción y unos arreglos totalmente diferentes. Es otra canción.

­-¿Recuperará esos temas desechados en algún momento?

-No lo sé. A veces pienso que podría hacer algo con ellos y al día siguiente tengo clarísimo que les he dado carpetazo, que se acabó. No creo. Los voy a mantener encerrados durante un largo tiempo.

­-Es una pena pensar que no escucharemos jamás esas canciones que ya existen.

-[Ríe] Bueno, quién sabe lo que ocurrirá en el futuro.

­-Se recluyó en un paraje apartado del mundo para grabar el disco. ¿Qué estaba buscando?

-Es interesante, porque realmente ocurrió por casualidad. Yo no lo busqué. El productor vive en Suecia y estaba pasando unas vacaciones con sus amigos en una granja. Me recomendó que fuese hasta allí y me apeteció mucho la idea, sonaba relajante. Fue una feliz casualidad. Aprendí mucho de mí misma con esta experiencia.

-Todo el mundo quiere ir a grabar a Nueva York y usted huye al campo en el norte de Europa.

-[Ríe] Tienes razón. Grabar en Nueva York es una locura, porque tienes un montón de distracciones. Dejaba el estudio de grabación de madrugada y me iba a mi apartamento y me ponía a contestar emails, a revisar las facturas que tenía que pagar... En Suecia logré desconectar de todo eso y centrarme solo en la música.

??? OURENSE Teatro Principal 22.00. Entradas desde 8 euros