¿De verdad habrá más «Friends»?

FUGAS

25 años y 10 temporadas. Y todavía queremos más. La serie icónica de los 90 podría regresar a las pantallas de la mano de HBO Max. Las últimas imágenes colgadas en Instagram por Jennifer Aniston han disparado los rumores

24 ene 2020 . Actualizado a las 14:58 h.

«Me acuerdo cuando un amigo en pleno altar dijo el nombre de su ex y no el de su novia, se casaron, pero al poco tiempo se divorciaron porque ella quería que el chico se fuera a Londres a vivir para que no viera a Rachel todos los días. Pero espera... Creo que eso en realidad pasó en Friends... Nevermind». Si tú también te acuerdas de ese momento en el que Ross se equivoca al darle el «sí, quiero» a Emily en el altar y en lugar de pronunciar el nombre de su prometida, dice el de Rachel y no has podido dejar de sonreír mientras leías este tuit, retuiteado miles de veces, es que formas parte del clan. Una pandilla que en los años 90 se metió en nuestras casas y se quedó con nosotros durante diez temporadas. Y eso que esperábamos toda una larga semana para saber cómo continuaban sus vidas la exigente Mónica (C. Cox), la mimada Rachel (J. Aniston), la dulce Phoebe (L. Kudrow), el romántico Ross (D. Schwimmer), el ligón Joe (M. LeBlanc) y el irónico Chandler (M. Perry). Formaron con nosotros un grupo de veinteañeros que intentaban abrirse camino en la vida.

Los amamos. Aprendimos a peinarnos como Rachel e incluso algunas de sus frases se quedaron en nuestro vocabulario, como aquel ambiguo respiro que se daban (o no) Ross y Rachel. Trajeron a nuestro salón temas entonces inauditos como el matrimonio homosexual y también cometieron errores de corte racista o machista que no debe analizarse fuera del contexto de la época. Hoy, 25 años después, los fanáticos siguen revisitando sus temporadas (en España se pueden ver en Netflix) y cada año se incorporan a sus filas nuevas generaciones que entran en este mundo de humor y café con la reverencia que impone la etiqueta de serie de culto.

Y todos tenemos nuestro personaje favorito, ese que con su personalidad y su sentido del humor sentimos como nuestro. Como un amigo que forma parte de nuestra vida.

Por eso, cuando a principios del mes julio se anunció que Friends abandonaría Netflix y pasaría a la nueva cadena HBO Max, en 2020, la redes se convulsionaron. ¿Quería decir esto que habría un reboot de Friends? Durante más de una década, la respuesta a esa pregunta ha sido un «no» rotundo. «Todos los días me lo pregunta alguien», comentaba la productora de la serie Marta Kauffman en el 2015. «No es que me moleste. Entiendo que la gente quiere que se reanude la serie. Pero algo así no puede revivirse. No podemos volver a esa época de nuestras vidas». Es más, añadía, «si somos sinceros, la verdad es que los reencuentros suelen ser un asco». Como explicaba el productor David Crane: «Acabamos bien. Nos parecía el momento justo. Creo que todos los que dicen que quieren volver a verlos en realidad no quieren. Y creo que nos darían la espalda en un abrir y cerrar de ojos».

En su opinión, la historia ya está contada, de principio a fin. Si quieres revisitarla, perfecto: puedes ver las reposiciones de los episodios. «¡Que los vean! ¡Para eso los hicimos!».

Pero nunca se sabe. «Todo es posible», dijo Aniston en el 2018. «Hasta George Clooney se ha casado…». Y hace pocos meses reaparecía en el show de Ellen Degeneres para anunciar que estaban trabajando en algo «aunque todavía no sabemos qué es ese algo. Así, que solo estamos intentándolo». Unas frases que acompañadas de sus últimas fotos en Instagram con sus inseparables compañeras de reparto Courteney Cox y Lisa Kudrow y el saludo «Hi from the girls across the hall (Hola, de las chicas de la puerta de enfrente)», ha desatado la euforia entre los fans.

Kelsey Miller, autora del libro I'll Be There for You, recoge algunos de los inconvenientes del ansiado reencuentro: «Algunas cosas pertenecen al pasado. Friends es una historia de una época ya caduca. Perdura gracias a las verdades universales que cuenta acerca de la madurez. Vive en nuestra memoria colectiva, junto con nuestros antiguos compañeros de piso y nuestros primeros novios, los chistes que solíamos contar y las canciones horteras que cantábamos en el coche a todo volumen, con las ventanillas bajadas. Es tentador, aunque sea un poco agridulce, detenerse a recordar esos tiempos. Pero, como dijo LeBlanc, no se puede volver a esos lugares ni a esas relaciones. Han cambiado y nosotros también, y así debe ser».

Yo no pierdo la esperanza. Amigos para siempre.