Ara Malikian: «La pandemia me permitió estar más cerca de mi hijo»

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El violinista Ara Malikian, este verano en Santiago.
El violinista Ara Malikian, este verano en Santiago. PACO RODRÍGUEZ

Ara Malikian regresa a Galicia. El violinista libanés vuelve con tres conciertos de «Petit Garage», un espectáculo adaptado a la realidad del covid-19

11 oct 2021 . Actualizado a las 22:22 h.

Ara Malikian ha transformado la música clásica. La ha convertido en un espectáculo lleno de luz y de movimiento basado fundamentalmente en su manejo del violín. Su forma sincera de interpretar ha sido capaz de arrastrar a los auditorios incluso al público más millennial. El secreto de este artista libanés no es otro que ser feliz. «Tremendamente feliz», afirma. Eso es lo que contagia cada vez que se sube al escenario agarrado al violín. «Es tan fácil como tener pasión por lo que haces», asegura. Malikian es la personificación de lo que decía Confucio, eso de que, si eliges un trabajo que amas, no tendrás que trabajar ni un día en tu vida. «Mi profesión requiere de muchísimo esfuerzo para estar en forma y aguantar el ritmo de trabajo, pero la verdad es que, en mi caso, disfruto como un niño cada vez que me pongo a interpretar, así que no me pesa», admite el músico.

Su nuevo proyecto es fruto de la pandemia. Petit Garage es la gira que le ha llevado por el mundo en el último año y medio, en la que interpreta las composiciones que ha creado en este tiempo, y también las que surgieron durante el confinamiento. Con este espectáculo regresa la próxima semana a Galicia para dar tres conciertos. El primero será este martes, a las 21.00 horas, en el Palacio de la Ópera de A Coruña. El miércoles tendrá dos citas con el público de Vigo; a las 19.00 y a las 22.00 horas en el Teatro Afundación. La última oportunidad para disfrutar de la música del libanés en directo será en Ourense, el jueves en el Auditorio Municipal. También habrá dos pases, uno a las 19.00 y otro a las 21.30 horas. Las entradas pueden adquirirse en la web de A Taquilla.

­-¿Cómo es emocionalmente girar en un mundo en pandemia?

-Es distinto. Hemos tenido que adaptarnos totalmente con conciertos más reducidos, con controles de aforo, con mascarillas y todo tipo de medidas de seguridad. Al principio, sentimos angustia y un poco de miedo por ver qué iba a ocurrir, pero luego nos sorprendimos porque eran conciertos maravillosos, a los que el público acudía ilusionado a pesar de todo. Así siguen siendo: muy muy emotivos.

­-En el último año ha superado el centenar de conciertos, que le han llevado a distintos rincones del mundo, desde Latinoamérica hasta Serbia. Y lo difícil es verle sin una sonrisa dibujada en la cara, ¿cómo lo hace para conseguirlo?

-La verdad es que a mí no me cuesta. Soy feliz. Y lo cierto es que si surgiese la oportunidad de tocar aún más, lo haría encantado. Creo que lo importante es estar en forma porque el trabajo que se hace encima del escenario requiere mucho esfuerzo. Hay que trabajar, practicar y dedicarle mucho tiempo al violín. Pero hacer música con pasión es lo más importante para generar una conexión con el público.

­-«Petit Garage» es además un disco en el que están recogidos doce temas creados por usted. ¿Con qué se divierte más: componiendo o interpretando?

-Me gusta muchísimo todo. Me encanta tocar las composiciones de grandes genios, como Bach, Mozart, Beethoven... Pero siento un trabajo muy diferente, muy personal, al crear mis propios temas. Lo mismo me ocurre cuando me subo al escenario y los interpreto. Son sensaciones muy distintas, muy inspiradoras, y siento que es necesario compaginarlas para seguir desarrollando mi pasión y para seguir creciendo como artista. Hoy día, en el mundo de la música clásica, parece que uno es intérprete o compositor. A mí me gustan muchísimo las dos versiones.

-¿Qué hay de usted en este nuevo disco?

-Todo. Son temas muy personales, compuestos en los últimos dos años. Yo suelo inspirarme en lo que me rodea: mi familia, mis viajes, mis amigos... Y en este caso lo que vivía era una situación mundial muy dura, pero con una parte enormemente bonita y es que me permitió estar muy cerca de mi hijo y observar su crecimiento. Me metí en su mundo y en su fantasía. Este es un trabajo muy diferente de lo que hacía antes, mucho más introvertido y también más íntimo, más cercano. De hecho, somos solo dos músicos los que participamos en él.

­-Repite en todas sus citas con Galicia y al final siempre consigue agotar las entradas. ¿Cuál es el secreto?

-Galicia me da mucha felicidad. Para mí es muy importante crear un vínculo con el público y ya llevo veinte años volviendo aquí y cultivando nuestra relación. Siento una gran conexión con los gallegos.