¿Por qué Dani Martín está en su mejor momento doce años después de dejar El Canto del Loco?

FUGAS

PACO RODRÍGUEZ

Después de triunfar en O Son do Camiño este verano ante más de 40.000 personas, el próximo sábado 5 llega al Coliseum con las entradas agotadas desde varios meses

28 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el año 2011. El Canto del Loco se había disuelto. Dani Martín se encontraba en la gira de presentación de Pequeño (2010), su primer disco en solitario tras la ruptura. El Coliseum de A Coruña tenía anunciado un recital suyo el 21 de mayo, dentro un sábado muy particular. En otros tiempos lo llenaría sin pestañear con su exbanda. Para este ya se había rebajado el aforo y se esperaban unas 3.000-4.000 personas. Pero el Dépor se jugaba ese día la permanencia en primera contra el Valencia. El 15M sumaba a miles de personas manifestándose en el Obelisco en plena era indignada. Y, al día siguiente, había elecciones municipales. En medio de ese clima, la venta no iba bien y el promotor, asustado, decidió cancelar el concierto de manera unilateral.

Algunos de los detractores de Dani Martín y El Canto del Loco —un grupo que, en teoría, había ocupado el trono de ese pop-rock para pijos que en su día había pertenecido a Hombres G— sonreían contemplando la supuesta debacle del cantante. Este tuvo entonces un gesto insólito. Junto a su guitarrista y corista Cris Méndez (que aún sigue con él) se plantó a las puertas del recinto. Explicó por qué no se llevaba a cabo el concierto personalmente a sus seguidores y ofreció una actuación acústica para unas 500 persona. Si ya eran fans antes, aquel día sellaron una alianza para la eternidad.

Once años después, Dani Martín actuaba en el festival O Son do Camiño, de Santiago, el pasado verano. Hasta el momento, no había sido un artista muy proclive a participar en esos eventos, que tradicionalmente se regían por el indie, el rock y la electrónica. Pero decidió aceptar la llamada de los organizadores de ese encuentro plural, en el que igual se escuchaba rap argentino como pop británico, pasando por reguetón colombiano. Le tocaba el último día en el escenario principal. Acudieron a verlo más de 40.000 personas. Allí —arrancando de día, desarrollándose en el crepúsculo y terminando en la noche de verano— ocurrió algo extraordinario. Al terminar, el artista decía en los camerinos que había sido uno de los conciertos más importantes de su vida. No parecía una frase hecha.

Sonrisas, lágrimas y suspiros

Lo que se vivió en O Son do Camiño solo se puede medir en sonrisas, lloros y suspiros. Todo en sentido literal: arqueando labios hacia arriba, derramando lágrimas por las mejillas y ensanchando el pecho. Todo eso pasó. Más allá del repertorio del artista, de su maestría manejando el show y de la predisposición de sus fans, ese día se conjuraron todas esas partículas de magia que hacen de un concierto una experiencia emocional de las que no se olvidan. La mezcla del viejo repertorio de El Canto del Loco con su etapa actual atrapó a la audiencia. El entusiasmo corría desde el foso repleto de devotos hasta la grada, donde muchos escépticos se quedaban boquiabiertos descubriéndose como seguidores de Dani Martín, el líder de El Canto del Loco. Sí, los mismos que otrora lo repudiaban. Quizá incluso con la sonrisita de quien veía caer a un enemigo musical en aquel concierto del 2011.

Contraviniendo la lógica de que las carreras en solitario de los músicos de los grupos rara vez están a la altura de aquellos, Dani Martín ha dado la campanada. Hoy en día rebasa de largo todo aquello. En sus conciertos se dan cita los fans primigenios que disfrutaron con A contracorriente y las nuevas hornadas juveniles que descubrieron su repertorio de la mano de sus padres o tíos. Y también esos que, con sus prejuicios puestos, se tropezaron con uno de sus conciertos. Allí no pudieron más que volatilizar el rechazo frente a la arrolladora energía que sobre el escenario emanaban temas como Ya nada volverá a ser como antes, Puede ser, Una foto en blanco y negro, Como me gustaría contarte, Dieciocho y Creo, entre muchísimos otros.

Ahora, tras enamorar en Vigo en verano a un Castrelos totalmente entregado, llega al Coliseum de A Coruña con las entradas agotadas desde hace varios meses. El recinto en el que aún resuena la gloria de aquel El Canto del Loco que concluyó allí la gira Zapatillas (2005) en plena apoteosis juvenil. El lugar en el que no pudo tocar cuando en el 2011 se encontraba con la alargada sombra de su pasado. El sitio en el que mostrará ese resplandeciente presente. El de uno de los grandes nombres del pop español.

A Coruña coliseum SÁBADO 5 de noviembre, 22.00 horas entradas agotadas