«Cando chegue a hora», el supremo ejercicio de alquimia de Carlos Risco

FUGAS

cedida

10 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Han evolucionado las artes a lo largo de la historia a base de despojarse de lo superfluo. Así también debería haber acontecido con el ser humano. Pero, lejos de conseguirlo, transitamos en dirección opuesta. Haciendo, cada vez más, acopio de lo que no nos es preciso, aun a sabiendas de que no hay cuerpo, ni mente, que soporte tan desmesurado alijo.

Tras una frenética etapa, que sería un tesoro en manos de un buen guionista, regresó hace unos años Carlos Risco a su Ourense natal envuelto en ideales e ilusiones. Y algún desengaño también. En su fardel, apenas un termo, una guitarrica y un puñado de canciones.

Risco lleva en la música desde los 13 años, pero ha precisado llegar hasta los 45 para abandonar el confort de las tinieblas y plantarse ante el personal sin más refugio ni valor que su propio nombre. Quizá de ahí el título de la canción que le sirve de presentación: Cando chegue a hora. Un tema brumoso, cautivador y opresivo que, según explica su creador, «surge de las conexiones intuidas entre los cantos de los indios americanos alrededor de un tambor y las pandeiradas y aturuxos de la tradición gallega». La tierra. Siempre la tierra. El rito. El agua. El fuego.

Carlos Risco nunca ha sido cantante. Pero en esta ocasión sentía necesario que fuese la suya la voz de sus composiciones. «Escribo canciones porque mi corazón lo necesita, y las lanzo al mundo para honrar el regalo», dice.

Su primer epé llega de la mano de Ferror Records y es el resultado de un tándem creativo, en el que también han participado su hermano, el percusionista Ton Risco; el teclista y arreglista Álex Salgueiro y el productor compostelano Hevi.

Las canciones de Carlos Risco no son objetos a los que acompañas. Son emociones que te impregnan y te preñan. Solo desde esa perspectiva tan profundamente íntima es posible descifrar y gozar de ellas desde todos sus prismas y en toda su dimensión. Aguardamos nuevos y dichosos alumbramientos.