Kepa Junquera: «Quejarme ahora de algo sería un delito por mi parte»

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Kepa Junquera
Kepa Junquera

El músico recibirá el miércoles un homenaje en Cans, cuando se cumplen 10 años de su mítica actuación en el gallinero y de la publicación de su disco «Galiza»

17 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2014 era ya una influyente celebridad de incuestionable respeto en el ámbito de la música de raíz. Acababa de publicar Galiza, un disco en el que fusionaba la trikitixa con la música tradicional gallega y en el participó la flor y nata de la escena tradi de aquel momento. Aun así, el músico vasco aceptó la propuesta que le hizo el festival de Cans para actuar en un humilde gallinero. «Es uno de esos recuerdos que te acompañan toda la vida. Algo que no olvidaré jamás. Una locura maravillosa, que solo puede acontecer en Galicia», explica ahora a través del WhatsApp, su única manera de comunicarse tras el ictus que sufrió en el 2018. Es así como realizamos esta entrevista, una de las pocas que Kepa Junkera ha concedido estos años. El miércoles recibirá un homenaje en Cans, donde se proyectarán dos cortos inéditos sobre su relación con Galicia y se colocará una placa que bautiza el gallinero con su nombre. «Soy el primer músico del mundo en ostentar tal distinción», bromea.

—¿Qué pensaste cuando te dijeron que ibas a actuar… en un gallinero?

—Al principio, pensé: «Qué bonito y qué original». Pero poco a poco fui siendo consciente del reto que aquello suponía, por lo que Cans significa y simboliza.

—En los últimos tiempos has recibido numerosos homenajes, ¿pero qué significa este para ti?

—Este lo recibo con un enorme orgullo. Y con la preocupación de no saber cómo devolver todo lo que Cans y Galicia me dan. En Galicia siento que hay una fuerza única. No conozco un caso igual. Es algo que hay que vivir y sentir. No se puede contar.

—Han pasado muchas y grandes cosas para la música tradicional gallega desde aquel 2013, en el que publicaste «Galiza». ¿Cómo valoras el momento actual?

—La cantera gallega es la Lezama de las músicas de raíz. Es maravilloso ver el compañerismo que existe en Galicia entre los nuevos artistas y los de anteriores generaciones. Siempre he sostenido que los de hoy necesitan a los de ayer. Y eso en Galicia se ha entendido muy bien.

—¿Qué querías transmitir con la publicación de «Galiza»?

—Respeto. Eso es lo que para mí significa Galiza. Respeto por sus tradiciones, por sus músicas y sus músicos, a los que estoy infinitamente agradecido por hacerme sentir gallego. Con Galicia no soy objetivo ni distante. De Galicia me gusta todo. Hay muchos sitios increíbles, pero para mí Galicia es categoría especial.

—Muchas de las cosas que ahora todo el mundo alaba ya formaban parte de tu universo musical entonces. ¿Fuiste un adelantado a tu tiempo?

—Hice lo que pude. Siempre desde la humildad y el enorme respeto que supone modelar ese enorme legado musical que existía y que existe. Desde los 10 años tuve claro qué era lo que quería hacer en la música. Y siempre dije «que piensen lo que quieran». También es cierto que nunca he intentado convencer a nadie de nada.

—Pero ahora sí que te lo reconocen.

—Es algo que nunca me preocupó ni me preocupa. Siempre hice lo que sentía sin esperar nada. Mi reconocimiento es silencioso, sin hacer ruido.

—¿Cómo es hoy tu relación con la música?

—Mi relación con la música siempre ha sido complicada, no solo ahora. Si conseguí sacarla adelante fue gracias a los muchos y grandes amigos que me han ayudado y que me siguen ayudando. A los que estoy eternamente agradecido. Y entre los que hay varios gallegos.

—¿Cómo quién?

—¡Uy! Muchísimos. Mi amiga Uxía siempre ha estado ahí. Budiño, Xabier Díaz, Pedro Lamas, Daniel do Pando, Anxo Pintos, A Banda das Crechas… También tengo una gran relación con la familia Seivane, a la que visitaré en septiembre. Mis queridas Leilía, con las que he grabado cosas maravillosas... Y seguro que se me olvida alguno.

—Has dicho que aprendiste de tus padres a no quejarte. ¿Qué es lo más importante que has aprendido en esta nueva situación de tu vida?

—Quejarme ahora de algo sería un delito por mi parte. Nunca me gustó ni me gusta ahora. Cuando surgen dificultades, y claro que surgen, ni me quejo ni me rindo. Busco como sea otro camino y sigo adelante.

—Siempre has sido un soñador.

—Y sigo soñando. Siempre. E intentando que cojan forma, pero no es tarea sencilla. Mis propios sueños se preguntan cada día «a ver con qué se despierta este hoy».

—¿Qué es lo que más echas de menos?

—Tocar, sentir los nervios en un escenario.

—¿Y qué cosas te hacen feliz?

—Cosas sencillas son las que me siguen haciendo cosquillas. Me hace muy feliz este entrañable homenaje que me hacen Cans. Y, por supuesto, el cariño generoso e impagable de tantos y tantos amigos.