El retorno del gran icono del brit-pop llega precedido de una serie de circunstancias que abrieron la puerta al gran negocio que se avecina
04 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Estaba cantado, pero la mayoría de los fanes se resistían a creerlo. El 27 de agosto —15 años después de su último concierto, antes de la espantada definitiva de Noel en el festival Rock En Seine de París— se obró el milagro. Oasis anunciaba su retorno. Se materializaba así una fantasía colectiva de miles y miles de nostálgicos del brit-pop, los que crecieron, amaron y odiaron con discos como Definitely Maybe (1994) y (What's the Story) Morning Glory? (1995) como banda sonora. Y lo hacía dos días antes de que el primer título cumpliese 30 años, mientras Liam Gallagher protagonizaba una gira conmemorativa del mismo. Él hubiera querido llevarla a cabo como Oasis, con su hermano Noel. Pese a su actitud bufonesca, dejaba caer constantemente la posibilidad de ese retorno. Pero se encontraba con el no de Noel. Hasta que algo cambió.
Seguir el rastro del dinero resulta lo más fácil, como siempre. Ahí se encuentra la primera acusación de los detractores del grupo, como si los retornos de decenas de bandas en estos últimos años de retromanía rock no escondieran jugosos negocios. Aquí lo hay. Solo por los conciertos que el grupo dará en Inglaterra e Irlanda en julio y agosto se estima que cada Gallagher recibiría 75 millones de libras. La gira se ha ampliado con fechas en Canadá, Estados Unidos y México, más nuevas actuaciones en Inglaterra tras el verano. Y lo que vendrá. Si finalmente logran estabilizarse, ser tan profesionales como Liam presume ahora y lanzar un disco con material nuevo, el retorno de Oasis podría tomar el mismo camino que el de Guns n’ Roses. O lo que es lo mismo, girar y recaudar hasta el hartazgo.
Pero además del dinero y la añoranza de sus seguidores, existen otras causas de fondo. En primer lugar, se encuentra la madre de Liam y Noel, Peggy Gallagher, por la que ambos sienten una devoción total. Actualmente tiene 81 años. Según reflejó The Sun apelando a una fuente próxima al grupo, cuando cumplió 80 le pidió a Liam que arreglase la situación. «Sería el mejor regalo de cumpleaños si finalmente dieran algunos pasos para arreglar su disputa», decía esa fuente. «Estoy seguro de que ella está detrás de todo esto», comentó por su parte Alan McGee, dueño de Creation Records, que los descubrió en 1994.
En el pasado, Liam había comentado en alguna entrevista que la situación de guerra con su hermano le dolía mucho a su madre, que tenían que arreglarlo algún día. Fue él quien dio el paso. Lo llamó. Al otro lado del teléfono se encontró al otrora corrosivo Noel receptivo. Y ahí entra en juego otra situación ajena a la música, pero no tanto al dinero que esta puede generar. Noel Gallagher se acaba de divorciar de Sara MacDonald, su segunda mujer. Las cifras que difundió la prensa británica hablan por sí solas: un acuerdo de 20 millones de libras para ella, más la casa en la que vivían en Londres, que ronda los ocho millones. Además, Sara y Liam no se llevaron nunca bien, y llegaron a exteriorizar sus tensiones incluso en las redes sociales. Entre la necesidad de hacer caja, la sensación de reinicio de su nuevo estado civil y la desaparición de esa hostilidad con su hermano, el ambiente parece el propicio para que Noel decida retomar la marca de Oasis y subir a un escenario a tocar esas canciones que adoran miles y miles de personas. Además, Liam parece haber encontrado cierta estabilidad con su pareja y mánager, Debbie Gwyther, quien remó a favor de esta reunión.
Promesas de hinchas de fútbol
El Manchester City es el equipo de los sueños de ambos hermanos. Tiene canciones suyas como himnos. «Si gana la Champions League, voy a llamar a mi hermano y reunir a la maldita banda», dijo Liam en el 2023. Noel —tan íntimo de Pep Guardiola como para acabar celebrando los triunfos del equipo en el vestuario con los jugadores— no permanecía ajeno a ello. Recientemente, la presentación de la nueva equipación del equipo emulando la portada de Definitely Maybe materializa todo ese amor por el grupo que ahora, sí, vuelve a estar en el presente.
Así, Oasis se prepara a hacer un suculento negocio. Pero el dinero ha venido acompañado de muchas otras emociones. Cuando las canciones cobren vida, explotarán en estadios de diferentes países. España se queda fuera, por ahora. No hay visos de que la pelota termine en Galicia próximamente. Pero si esta segunda vida se prolonga, quién sabe si los veremos por aquí. En el 2002 ya estuvieron en Vigo. Desde luego, miles de personas estarían encantadas de repetir.