El Vaticano se plantea ampliar el horario de visitas hasta más allá de la medianoche debido a la gran afluencia de fieles en el templo. Las autoridades italianas esperan entre 200.000 y 250.000 asistentes a las exequias, a las que acudirán delegaciones de unos 170 países
23 abr 2025 . Actualizado a las 18:13 h.El cuerpo del papa Francisco, que falleció este lunes a los 88 años, ya está en la basílica de San Pedro, donde miles de fieles llegados de todas partes del mundo le dan su último adiós al pontífice. De manera ordenada, acceden al templo tras esperar varias horas de cola bajo el sol y apenas se detienen unos instantes ante el féretro, lo necesario para santiguarse o arrodillarse. El traslado de los restos mortales arrancó a las nueve de la mañana desde la capilla de Santa Marta, la que fue su residencia, en una procesión que recorrió la plaza homónima y la de los Protomártires Romanos para a continuación atravesar el Arco de las Campanas y entrar en el santuario. En todo momento, el santo padre fue escoltado por un centenar de cardenales y por aquellos que siempre estuvieron a su lado, sus secretarios y sus asistentes.
La caja fue llevada a hombros por un grupo de sediarios —personal al servicio del papa—, acompañada por guardias suizos. Antes de arrancar, el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, esparció agua bendita sobre el ataúd y manifestó la gran conmoción con la que se disponía a acompañar los restos de su «querido papa Francisco».
Al llegar a la basílica vaticana, el féretro fue colocado ante el Altar de la Confesión, frente a la tumba de San Pedro y del imponente baldaquino de Berniniantes. Fuera, cientos de fieles esperaban para acceder al templo. La gran afluencia de gente ha llevado al Vaticano a plantearse ampliar el horario de visitas hasta más allá de la medianoche.
En principio, el santuario permanecerá abierto este miércoles hasta las doce y este jueves volverá a abrir a las siete de la mañana. De nuevo, se cerrará a medianoche y reabrirá el viernes temprano hasta las 19 horas, cuando comenzará el rito del cierre del féretro, que será presidido por el camarlengo.
Las autoridades italianas esperan entre 200.000 y 250.000 asistentes a las exequias, a las que acudirán delegaciones de unos 170 países y para las que se han extremado las medidas de seguridad.