Juan Carlos Corredoira debuta con «Última ronda en Casa Adela», una novela sobre cómo sobrevivir al naufragio de la vida adulta

FUGAS

María Pedreda

El gallego Juan Carlos Corredoira publica su ópera prima, una novela con la que dio un giro a su propia vida cuando cumplió los 50 años

03 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Un lugar de encuentro. El paso del tiempo. La identidad. La amistad. La vida, en sí misma. Esos son los ingredientes que vertebran Última ronda en Casa Adela, la ópera prima de Juan Carlos Corredoira, un libro que repasa las vicisitudes de un grupo de amigos que, ya en su madurez, recurren al bar del barrio que los ha acompañado a lo largo de sus dispares vidas para tratar de desahogar las piedras que cargan en sus mochilas. Relaciones de pareja rotas, vidas que se truncan en apenas un momento, frustraciones, desencantos… Personajes que parecían tenerlo todo y a los que los sucesos acaban atropellándolos y otros que, a pesar de parecer ser dueños de su propia vida, acaban también cayendo presas del paso del tiempo: «La novela retrata ese tránsito de la edad adulta desde distintos puntos de vista, con personajes a los que la vida les ha ido de forma muy diferente. Ves el personaje que ha triunfado laboralmente, el que es un buscador, un tipo que quiere vivir con coherencia y viaja por todo el mundo, otro arruinado y que es alcohólico. Aunque desde fuera puede parecer que a unos les ha ido mejor que a otros, la realidad es que todos sufren ese tránsito hacia la edad adulta, esa sensación de verse perdidos en la intrascendencia, de no saber a qué agarrarse para dar sentido a sus vidas», explica Juan Carlos Corredoira.

 Esa mirada desencantada de lo que es la vida adulta anima a la reflexión; permite dar imagen a ese clic que hacemos todos cuando nos damos cuenta de que los sueños que teníamos de pequeños muchas veces se quedan simplemente en sueños, y la realidad se muestra mucho más dura: «Hay un capítulo en el libro en el que uno de los personajes cuenta que la vida es como si fuera una travesía en barco, en el que solo se va seguro cuando eres pequeño. En la adolescencia empiezas a zozobrar, el barco se rompe y nos pasamos el resto de nuestra vida a la deriva; náufragos de un océano de intrascendencia y de inseguridad», resume el autor.

Los dos protagonistas, Quique y Eva, van relatando cómo su relación de pareja se deteriora, dejando al descubierto algunos importantes desencantos, la frustración de vivir dos carreras profesionales a dos tiempos o la incompatibilidad emocional después de tantos años de convivencia. Y lo hacen acompañados de un tercer agente, que se torna protagonista en la novela: el propio bar. Casa Adela toma la palabra en algunos capítulos para ejercer de narrador y observador: «Quise darle voz de tabernero veterano, observando las vidas de los demás, silente, y empapándose de esa psicología mundana que da al libro una visión certera de lo que son las personas».