Pablopablo: «Me atrae la dificultad de los hombres para dejarse ver vulnerables y querer»

FUGAS

Pablopablo actuará el 19 de julio en Vilagarcía de Arousa.
Pablopablo actuará el 19 de julio en Vilagarcía de Arousa. Maxwell Granger

Hijo de Jorge Drexler y dueño de un modo etéreo pero a la vez cercano de acercarse al amor, acaba de firmar uno de los discos del año,  «Canciones en mi»

04 jul 2025 . Actualizado a las 10:07 h.

Este 2025 está siendo un gran año para la música nacional con grandes títulos que elevan carreras. A discos como Jesucrista Superstar (Rigoberta Bandini), La boca del lobo (Carlos Ares) y Spanish Leather (Guitarricadelafuente), se debe sumar Canciones en mi, de Pablopablo, un estupendo tratado de folk-pop atmosférico que lo sitúa entre los imprescindibles del año. Lo presentará el 19 de julio en el Atlantic Fest de Vilagarcía de Arousa. Tras el verano, volverá dentro del ciclo Son Estrella Galicia con conciertos en Vigo (5 de noviembre, Radar) y A Coruña (6 de noviembre, Don Giorgio).

 —¿Por qué ese título un tanto ambiguo?

 —Fue un poco sin quererlo. Me di cuenta de que cuatro canciones nuevas que me encantaban estaban en mi mayor y me pilló en un momento en el que me había obsesionado completamente con la sencillez a la hora de escribir. La tonalidad de mi es como la más básica de la guitarra y la más fácil.

—En su disco aparece la idea del desamor y la ausencia. ¿Hay una idea conceptual?

—Puede ser. Siempre me han encantado las canciones de desamor. El final del amor representa muchísimas cosas. Pedro Salinas define el amor como el atraso momentáneo de la muerte, a la que nos dirigimos inevitablemente. Quererse es por un momento pensar que no estamos solos en este mundo. Me parece una imagen preciosa. De esta manera cuando escribo sobre desamor no pienso tanto en el amor en concreto, sino en los sentimientos mayores que remueve, como el miedo a la muerte o el miedo a ser vulnerable.

—En una entrevista vi que hablaba del apego evitativo como un concepto que le gustaba. ¿Hay algo de eso en el álbum?

—Sí, me atrae mucho la dificultad que tienen los hombres para dejarse ver vulnerables y querer. Lo veía a mi alrededor y en mí mismo y quise meterme en un personaje que escribiese desde ahí.

—Uno de sus mejores versos dice: «Eso que tú llamas amor no es para dos».

—Esa canción está escrita desde el clásico «no me quieres como yo te quiero a ti». Supongo que el apego evitativo aquí sería el de la persona a la que le canta la canción.

—Habla de vestidos, exfoliantes o pulseras para referirse a la persona que no está. ¿Cómo se plantea la parte poética de su música?

—¡Qué alegría que se fije en eso! Me esfuerzo por hablar de esas cosas. La mayoría de las mañanas intento escribir poesía improvisada y de ahí saco muchos de estos conceptos. C. Tangana me dio un consejo increíble: en lo particular está lo universal. Cuanto más hables de cosas concretas que conoces, más lo entenderá la gente.

—Canta contenido, con tirones y un punto percutivo. ¿Le ha costado encontrar su voz?

—He tardado mucho, pero siento que en este disco me quedé bastante satisfecho con los diferentes registros que encontré. Me he inspirado en muchísima gente, tomo de todos lados. Me encanta cómo grita Tom Waits, me encanta el falsetto de Bon Iver... muchos.

—En ese sentido, destacan dos aspectos las repeticiones de versos y rimas, por un lado, y por otro, la fragilidad extrema del falsete. ¿A qué responde?

—Me encanta jugar con la rima, que haya rimas internas más allá de la rima final de cada verso. La fragilidad del falsete la verdad es que debe de venir de escuchar mucho a Thom Yorke, Bon Iver y James Blake.

—«De vez en cuando» puede ser la cima del disco, una canción de elevarse y sentir la piel de gallina. ¿La ve usted como un punto de inflexión?

—Me gusta mucho esa canción. Es mi tema más inspirado en Leonard Cohen. Tenía la letra escrita antes que la música y se lee más bien como un poema rítmico.

—¿Le gusta la idea de que se le defina como un cantante de folk moderno?

—¡Sí! Me encanta el concepto de folk. Quiero que mi música sea una foto del 2025, que la gente busque en 100 años: «¿Qué era un exfoliante de charcoal?».

—Muchos supimos de usted por su trabajo con C. Tangana. ¿Qué supuso para usted estar con ese artista y en la histórica gira «Sin cantar ni afinar»?

—Terminé la carrera y me llamó para entrar en su gira. Para mí fue el máster que no hice. Aprendí mucho y, sobre todo me dio mucha hambre, muchas ganas de tomármelo en serio y escribir canciones que importasen.

—Ralphie Choo, Amaia y Carin León colaboran en su disco. ¿Puede haber una idea generacional en el álbum?

—Sí, me encantan todos ellos y creo mucho en una generación especial de ahora mismo. Me encanta la sensación de que está pasando algo muy especial en la música en español.

—Es hijo de Jorge Drexler y muchas veces la primera referencia a usted viene por ese parentesco. A veces ese tipo de cosas generan conflictos. ¿Cómo lo lleva usted?

—Lo llevo muy bien. La música para mí es el trabajo de casa. Como el carpintero que le enseña todo lo que sabe sobre la madera a su hijo, mi padre y yo hablamos durante horas de la conexión entre un verso y un estribillo y el acorde que remata una canción. Es maravilloso poder compartir todo eso con tu padre.