
La industria norteamericana acerca sus grandes historias a las nuevas generaciones con más medios, pero no siempre acertando
11 jul 2025 . Actualizado a las 18:11 h.Corría el año 2002, Brasil ganaba su quinto campeonato del mundo, el euro se convertía en la moneda oficial de la Unión Europea y Danny Boyle (Trainspotting, Slumdgog Millionaire) sorprendía al mundo con 28 días después. La cinta de zombis dejó en shock a la audiencia con su representación de un Londres post apocalíptico a la vez que dio a conocer a un jovencísimo Cillian Murphy y, rápidamente, se convirtió en una película de culto y una referencia para todo el cine de zombis que se ha hecho a lo largo de este siglo. 23 años más tarde (o después), Danny Boyle vuelve a este universo con la trepidante 28 años después, rodada con varios iPhone y no con cámaras digitales, y protagonizada por Alfie Williams, Jodie Comer y Aaron Taylor Johnson. El filme ha convencido tanto a crítica como a audiencia y está recaudando un dineral en taquilla, lo que parece indicar que después de tantos años la gente estaba deseosa de volver a este universo tan aterrador y cruel. Danny Boyle no es el único creador que ha regresado a un mundo y a unos personajes que parecían ya olvidados en el tiempo, esta práctica es cada vez más común en Hollywood y se le llama legacy sequels, secuelas que retoman una trama o unos personajes muchos años después de lo acontecido en la primera película.
Ejemplos de los últimos años
De este tipo de películas sabe mucho Ridley Scott (Alien, Blade Runner), que en los últimos diez años ha vuelto, bien sea como productor o como director, a varias de las historias que una vez lo pusieron en la cima. El primer ejemplo lo encontramos en 2017, con el estreno de Blade Runner 2049, dirigida por Dennis Villeneuve (La llegada, Dune Parte 2) y producida por Scott. «2049 fue de lejos uno de los proyectos más difíciles que jamás he hecho» dijo Villeneuve acerca de la cinta. Y no es para menos, hacer una secuela de una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos no es moco de pavo, aún así, el trabajo del brillante realizador canadiense fue bien acogido por el público y se ha convertido en uno de los mejores exponentes de este tipo de películas. No tan bien le fue a la secuela de Gladiator, dirigida y producida por Scott. La vuelta a la Roma de los gladiadores funcionó bastante bien en taquilla, pero resultó un chasco para muchos fanáticos de la historia de Máximo Aurelio, que criticaron la excesiva similitud con la historia original y los errores a nivel histórico, críticas a las que Scott hizo oídos sordos: «¿Estaban ahí los historiadores para saber lo que pasó? No, no estaban».
Pero si hay una legacy sequel que ha conseguido encandilar no solo a los entusiastas de la original, sino también a toda una nueva generación de espectadores, esa es Top Gun Maverick. El regreso de Tom Cruise a la academia Top Gun, dirigido por Joseph Kosinski (F1: La película), insufló vida a la taquilla de un Hollywood muy necesitado de hits después de la pandemia, recaudando casi 1.500 millones de dólares a nivel mundial. El éxito no solo fue comercial, Maverick fue aclamada por millones de espectadores hasta el punto de ser percibida desde su estreno como una película ampliamente superior a la de 1986. Además, fue nominada a mejor película tanto en los Globos de Oro como en los Premios Óscar.