¿Por qué los temas de éxito duran menos de dos minutos y medio?

ANDRÉS QUINTIÁN / M. V.

FUGAS

MABEL R. G.

Hablamos con Chus Santana y Iago Pico, productores de Omar Montes y de Tanxugueiras, respectivamente, sobre este fenómeno

25 ago 2025 . Actualizado a las 09:12 h.

Un minuto y 48 segundos. Esa es la duración de la canción más reproducida en España en Spotify esta última semana —Tu vas sin (fav), de Rels B—. Lejos de ser una excepción, esto es algo cada vez más común en todas las listas de éxitos, ya no solo de nuestro país, sino de todo el mundo. «Creo que tiene mucho que ver la entrada de Instagram y de TikTok en todo esto. Hace más de 10 años no ocurría. Normalmente el encargo estándar era de tres minutos y medio», explica el productor musical Chus Santana, que ha colaborado con artistas como Bad Gyal, Omar Montes o Cali y El Dandee.

Como comenta el responsable del sello musical White Diamond, el auge de las redes está muy relacionado con este fenómeno, algo con lo que concuerda Iago Pico, productor musical de Tanxugueiras: «O auxe do streaming, pero sobre todo de TikTok na xente máis moza, cambiou a forma na que consumimos música. Priorízanse os ganchos inmediatos para vídeos curtos e virais». La inmediatez y la sencillez son claves y han afectado seriamente a la capacidad crítica y de valoración de las personas. «Se intenta facilitarle todo al oyente, que al final se va volviendo muy cómodo, no se fuerza a escuchar nada», sostiene Chus Santana. Iago Pico considera que ese cambio ha llevado a que su trabajo y su creatividad y oportunidad de transmitir se vea limitada: «Pese a que unha canción curta ben feita pode ser igual de boa que unha longa, o limitarte a un tempo reducido é como se che cortasen a nivel creativo, podo xerar impacto en 15 segundos, pero transmitir calma e sosego non».

MÁS CANCIONES EN LOS DISCOS

La tendencia ha llegado a la producción de álbumes. Paradójicamente, aunque los temas son cada vez más cortos, los discos de los que la mayoría forman parte no han reducido su duración. El último de Beelé, Borondo, contiene un total de 26 canciones y su tiempo de escucha total es de una hora y 16 minutos, lo que se traduce en menos de tres minutos por tema, no sobrepasando ninguno de ellos los cuatro. «Este formato é eficiente para a industria, xa que permite producir máis contido en menos tempo, e alíñase cos hábitos de escoita actuais, onde a rotación constante en listas é clave, de feito calquera artista emerxente que vaia cun tema de máis de catro minutos a intentar pelexar cos grandes… Sorte!», dice Iago Pico. Esto no solo ocurre con los géneros mainstream como el reguetón, lo podemos ver también en proyectos internacionales como Music, del rapero estadounidense Playboy Carti, que cuenta con un total de 30 canciones y dura exactamente lo mismo que el del colombiano. «Esta práctica dáse en todos os xéneros, xa que a música está globalizada e todos buscan adaptarse ás plataformas dixitais, aínda que algúns xéneros manteñen as súas estruturas máis longas por tradición, pero independentemente do estilo todo o mundo copia as estratexias de márketing da xente que move cartos», indica Pico. Algunos de los géneros que, para Chus Santana, se salvan de la criba son la salsa, la bachata y el flamenco tradicional: «Son más conservadores. Se cuida mucho la musicalidad, las melodías, las armonías, los arreglos de trompeta, los cambios de ritmos...».

EXCEPCIONES DE RENOMBRE

Es preciso contar que no todos los artistas pasan por ahí. Uno de ellos es precisamente el que ha roto todo tipo de récords estos últimos años, Bad Bunny. Su último álbum, Debí tirar más fotos, fue una especie de oasis en el desierto que es actualmente la música latina, donde la inmensa mayoría de las cosas suenan igual y siguen una misma estructura. Uno de los mayores éxitos del proyecto fue Baile inolvidable, que dura seis minutos y seis segundos, lo que contrasta con la mayoría de hits de la actualidad. «No todos tienen la capacidad de Benito, hay que ser muy bueno para hacer algo así», aclara Santana. Por su parte, Iago Pico opina que haber conseguido una cierta notoriedad en el mundillo tiene mucho que ver con que puedas ir un poco en contra de lo que hace el resto: «Só artistas consolidados poden permitirse riscos, xa que teñen unha base de fans leal e o seu éxito non depende tanto das regras do mercado. Se, por exemplo, Coldplay fai unha campaña de lanzamento dun tema inédito de 15 minutos, vai ser rendible e terá millóns de streams e moitos fanáticos venerando a Coldplay por competir contra a industria».

Aunque la mayor causa de que este fenómeno se haya expandido tanto durante estos últimos años sean las redes sociales, la principal razón por la que sigue vigente es la de siempre, conseguir reproducciones. «Creo que en general toda la industria, sean mánagers, discográficas, artistas, equipos de trabajo, hasta compositores, afirman que si la canción dura menos, da más reproducciones. Se persigue mucho más el éxito que el hacer una música que realmente sea trascendente, que guste», comenta Chus Santana, que a su vez opina que este raciocinio no es del todo acertado: «Si lo que han creado es malo, por mucho que dure menos, ¿por qué lo iban a escuchar?». Iago Pico va un paso más allá y cuenta que la composición de música se ha estandarizado tanto que algunas personas acuden a él con una idea para llegar al estrellato sin siquiera haber hecho ninguna canción: «Venme xente ao estudio cun plan xa feito da súa carreira musical, e nin sequera teñen un tema composto. De feito, veñen a min para que llo compoña [risas]. Así están as cousas».