«It: Bienvenidos a Derry»: Los niños vuelven a flotar con el regreso de Pennywise a la pequeña pantalla
FUGAS
La nueva serie, basada en la novela de Stephen King, cuenta lo que sucedió en las décadas previas a la trama de la primera película.
01 dic 2025 . Actualizado a las 13:29 h.Desapariciones, incendios, mutilaciones... Esto ocurre cada 27 años en Derry, un pueblo habitado en su mayoría por indeseables, con el despertar de un monstruo que puede tomar la forma de tus peores miedos, aunque su apariencia favorita es la de un payaso llamado Pennywise. En 1962 da comienzo un ciclo de infanticidios y desastres varios, algo que atrae la atención del Ejército, que se asienta en una base a las afueras del lugar. Este panorama es el que nos presentan los hermanos Muschietti en It: Bienvenidos a Derry, su regreso al universo de Stephen King después de sus dos adaptaciones a la gran pantalla de la novela It (Eso): una primera que consigue una buena mezcla entre sustos y comedia, y una segunda monótona, aburrida y que se hace eterna. Esta serie precuela, que cuenta lo que sucede 27 años antes de los acontecimientos del filme estrenado en 2017, se encuentra en un término medio. Está lejos de la solvencia de Capítulo 1, pero entretiene bastante más que Capítulo 2 (2019), al menos hasta ahora, ya que todavía faltan tres episodios por estrenarse. Por el momento, las tramas han ido construyéndose a fuego lento para que la reaparición de Pennywise —a quien vuelve a dar vida un Bill Skarsgård que nació para este papel— sea más impactante que nunca. Y lo consiguen, su primer encuentro con los niños protagonistas es de lo mejorcito (aunque se hace obvio), lástima que el resto de la serie sea bastante más inconsistente. A excepción de Lilly, una niña traumatizada por la horripilante muerte de su padre, y de Dick Hallorann, que sonará a los fanáticos de El resplandor, el resto de los personajes no consiguen llenar unas subtramas, que además de cubrir algún que otro tema de índole social de forma bastante vaga, parecen una mera excusa para llegar a un final en el que veamos a un Pennywise completamente desatado.