El carbón se hace el harakiri

F. Fernández LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

José Pardo

Las eléctricas ensayan el cierre de gran parte de estas plantas en el 2020 rebajando al mínimo la producción por el alza de los costes; generar con gas ya es más barato

09 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Con todas las térmicas de carbón aún operativas, parecen estar ensayando ya el apagón de la mayor parte de ellas a partir del año próximo. La producción de electricidad en estas centrales está bajo mínimos desde hace semanas. De hecho, las dos que hay en Galicia -la de Endesa en As Pontes y la de Naturgy en Cerceda- no están funcionando estos días, según confirmaron las dos compañías. Es así por la simple razón de que los costes de operación se han disparado y estas plantas son más rentables apagadas que en operación. La culpa es de los derechos de emisión de dióxido de carbono, que están desbocados. El precio de la tonelada de CO2 alcanzó en abril el techo histórico de 25,67 euros (frente a los 13,35 del mismo mes del año anterior y a los 15,88 de media del 2018) y en mayo sigue esa misma estela, pues anda por los 25,15.

La generación de las centrales de carbón empezó a menguar en febrero, como se puede comprobar en el gráfico que acompaña esta información. Y así continúa, en caída libre. En abril, esa tecnología solo produjo el 3,9 % de la electricidad en España, cuando, sin ir más lejos, durante el 2018 contribuyó con el 14 %.

Consecuencia de lo que semeja ser ya un ocaso anticipado de las térmicas de carbón es el resurgir de las plantas de ciclo combinado, que funcionan con gas natural. Esta tecnología es la que posee mayor capacidad de generación en el sistema (representa casi el 25 % del total), aunque en el 2018 produjo el 10 % de toda la energía, según datos del operador del sistema, Red Eléctrica de España (REE). El carbón siempre le ganó la carrera. Hasta diciembre. Desde entonces, está por encima.

Esta es justamente la tendencia que pretende implantar el Ministerio para la Transición Ecológica: que desaparezca el carbón (y también las nucleares), y que permanezcan los ciclos de gas como respaldo de las renovables.

El gas encarece el mercado

El medio ambiente está ganando con este cambio de tendencia, pero los consumidores, de momento, no tanto, porque el gas está encareciendo el mercado mayorista de electricidad, ese que determina en torno a un tercio de la factura de la luz. Según datos del grupo Ase, que asesora a empresas para ahorrar energía, el precio medio de abril sumó 50,41 euros el megavatio hora. Está un 3,26 % por encima del de marzo, un 18 % del de hace un año y un 38,3 % del de la media de los últimos cinco años de su serie (36,45 euros).

Fuentes de Endesa explicaron que efectivamente resulta ya más barato producir con gas que con carbón, aunque añadieron que se trata de una situación coyuntural. Recordaron que la primavera es una época en la que tradicionalmente desciende la producción con mineral -aunque no tanto- porque suelen abundar las renovables y baja la demanda.

La central de carbón de As Pontes -una de las cinco que continuarán operando más allá del 2020- no tiene previsto producir esta semana, pero sí la de ciclo combinado, ubicada en el mismo municipio pontés. Lo mismo pasará con las instalaciones de Naturgy -la de gas está situada en el concello coruñés de Arteixo, a poca distancia de la de carbón de Cerceda-.

Fuentes de Naturgy detallaron que la planta de hulla -es una de las que cerrará dentro de un año- acumula 470 horas de funcionamiento durante este 2019, mientras que la de Arteixo, 750.

Un sobrecoste de siete euros

La compañía aclaró que ambas tecnologías están sujetas a la compra de derechos de CO2. Pero la emisión de un grupo convencional de carbón es aproximadamente de una tonelada por megavatio hora, mientras que el de un ciclo combinado es de 0,35, de modo que el efecto de la subida de los precios del dióxido de carbono es mucho mayor en el primero que en el segundo. Así, la revalorización de los derechos de emisión tiene un impacto en el coste de generación con carbón de siete euros más por megavatio hora, y para una central de gas, 2,5. Además, a diferencia de la hulla, un ciclo de gas arranca casi al instante y es más flexible para producir horas o días.

La mano de los especuladores, detrás de la subida abrupta de los derechos 

El precio de los derechos de emisión se fijan en un mercado de ámbito europeo. La empresa española Sendeco opera en él como intermediario de empresas que compran y venden títulos de CO2. En opinión de su director, Ismael Romeo, la subida abrupta de las cotizaciones no es normal, ni tampoco buena para el mercado, porque puede generar una burbuja que puede estallar en cualquier momento y provocar un desplome igual de abrupto de los derechos de emisión. Romeo atribuye el alza de los precios a la intervención de los especuladores y no le extrañaría que el Banco Central de Derechos de Emisión se viese obligado a intervenir para calmar el mercado. La Comisión Europea preveía un alza paulatina de los precios, pero deberían estar en 15 euros, no es 25, subraya.