Cuatro empresas acuden a la subasta para hacerse con la unidad productiva de Emesa
LA GALICIA ECONÓMICA

La empresa tienen unos activos que tienen un valor de mercado de 13,5 millones de euros, pero sale a subasta sin precio mínimo
06 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La liquidación de Emesa tiene las horas contadas. Hoy mismo los 85 trabajadores de la empresa de elaborados metálicos podrían conocer el desenlace de la subasta convocada por el administrador concursal para tratar de salvar la unidad productiva en funcionamiento en el municipio coruñés de Coirós y mantener el mayor número posible de puestos de trabajo.
Cuatro inversores han solicitado el pliego con las condiciones que rigen el procedimiento de puja, cuyo plazo de presentación de ofertas finalizó ayer y esta mañana podría sustanciarse ya con el envío por parte del notario de las propuestas recibidas al administrador para que las valore. «El interés en juego son los empleos y la reanudación de la actividad. Eso es lo que se va a priorizar. No es lo mismo que uno ponga 2 millones de euros y garantice 20 puestos de trabajo que otro ofrezca quedarse con la unidad productiva al completo, asumir el crédito a la Seguridad Social, subrogar a los trabajadores que tengan que ir a extinción y, haciéndose cargo de todo eso, no ponga más que 100.000 euros», explica Pedro Moreno, abogado del despacho coruñés Vento y administrador del concurso de acreedores.
Activos por 13,5 millones
Emesa mantiene unos activos que tienen un valor de mercado de 13,5 millones de euros, según el pliego, pero sale a subasta sin precio mínimo. Posee siete naves de fabricación, pintura y corte que suman 40.000 metros cuadrados en una parcela de 100.000 metros, todo valorado en 10 millones de euros, y maquinaria por otros tres millones. Sobre las propiedades inmobiliarias pesan varias hipotecas que superan los 7 millones y también arrastra deudas con la Seguridad Social y con los trabajadores, sometidos desde marzo a un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) y desde septiembre sin cobrar sus nóminas.
La plantilla abriga la esperanza de volver a la actividad de la mano de una compañía gallega del sector metalúrgico que se interesó hace varios meses por la firma concursada de Coirós y que presumiblemente estaría entre las candidatas a llevarse la unidad productiva. Desde el 2008, el último ejercicio con beneficios, la entonces filial de Isolux fue menguando su personal, de los 360 trabajadores que operaban a tres turnos en sus dos líneas de negocio a los 70 que quedaban en el 2015, con 180 temporales, cuando el grupo Soil toma el control.
Fustes eólicos
«O 65 % da actividade era a fabricación de fustes eólicos e no 2009 coa crise o sector parou en seco. Aí empezou todo. Pouca obra, prezos tirados e, de feito, non se recuperou máis», explica Juan Naveira, secretario del comité, que resume la etapa siguiente en dos frases: «Soil fixo unha operación especulativa para vender a empresa e quitarlle unha plusvalía, e meteu moita carga de traballo a prezo de derribo. A xestión non foi mellor», remarca. Al final, una reclamación de Hacienda de 37 millones de euros por derivación de responsabilidad como consecuencia de los impagos de Isolux acabó de rematar a Emesa.