La Guardia Civil se incauta de 200 kilos de explosivos en Ribeira de Piquín

La Voz LA VOZ | LUGO

GALICIA

Es el segundo hallazgo similar en Galicia por los controles ordenados tras los atentados del 11-M Una pareja imputada por los hechos declaró que desconocía la existencia del material

11 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Un nuevo hallazgo de pólvora almacenada ilegalmente, en este caso en una cantera de la localidad lucense de Ribeira de Piquín, pone de manifiesto el escaso control existente hasta ahora sobre este tipo de depósitos de explosivos. Agentes de la Guardia Civil se incautaron en dicho municipio de casi 200 kilos y de unos doscientos metros de mecha lenta. Se trata de la segunda aprehensión de estas características que se realiza en Galicia, en menos de dos meses, tras el sangriento atentado de Madrid del 11-M. Los explosivos de Ribeira de Piquín estaban en una cantera sita en el paraje de Os Baos. La explotación, según el instituto armado, carecía de autorización para el almacenaje del material. El hallazgo, del que se informó oficialmente ayer, se produjo hace una semana cuando agentes de la Guardia Civil se encontraban realizando inspecciones ordinarias a establecimientos de armas y explosivos de la provincia, siguiendo un plan elaborado por la comandancia lucense tras el atentado de Madrid. La cantera que examinaron tenía temporalmente paralizada su actividad desde el mes de octubre del año 2003. Pese a ello, en el interior de una nave, en un contenedor de metal y sin tapa, había 25 kilos de pólvora de mina, fabricada en el 2002; 61,250 kilogramos de amonita 2-I (26X200) preparada el año pasado; 100 kilos de «riogel 2» (55X200) elaborado en el año 2002. También había 200 metros de mecha lenta. Parte del material se encontraba en mal estado, exudado y su manipulación suponía un grave riesgo, según explicaron los especialistas. Dos imputaciones En relación con la incautación, los agentes imputaron a una pareja el supuesto delito de tenencia y depósito de explosivos. Se trata de F.G.F. -de 38 años y vecina de Vilalba- y A.T.C., de 49, con residencia en Folgoso do Courel. La Guardia Civil considera que ambas personas son responsables del consumo del referido material. Las dos personas, en sus declaraciones, negaron conocer la existencia de los explosivos. El material podría proceder de restos que fueron quedando de trabajos anteriores, así como de la última o últimas partidas recibidas al paralizarse temporalmente la actividad laboral en la explotación, según detalla la versión oficial. Un equipo de desactivación de explosivos, con base en A Coruña, se desplazó a la cantera para proceder a la destrucción de los explosivos.