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Los escombros sepultaron los puestos que las mujeres habían abandonado instantes antes El cierre de la parcela se vino abajo por las lluvias y arrastró la pared de una empresa textil
17 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Eran las cuatro y dos minutos de la tarde cuando, después de uno de los intensos aguaceros que cayeron ayer en la comarca coruñesa, más de 50 metros lineales del muro exterior de una parcela del polígono de Sabón, en Arteixo, se desmoronaba contra un lateral de la fábrica textil Varela y Estrada. El desplome arrastró un tramo importante del muro de contención y buena parte del terreno de la cuneta, que sepultó varias filas de puestos de planchado en el interior de la nave. Una zona en la que instantes antes había 90 mujeres trabajando y que, por fortuna, acababan de levantarse para hacer una pausa. «Sabemos decir el momento exacto, porque siempre paramos a las cuatro», relataba una de las empleadas. Ninguna sufrió daños graves. Los escombros sólo llegaron a alcanzar a una chica de 28 años que ya se dirigía hacia su plancha. «Le dieron unas piedras, pero, visto lo que pasó, no nos parece nada, claro», relataba una compañera de la única herida. Rosa Estrada, socia y encargada de la factoría, recordó que lo primero que pensó fue que el viento había segado la cubierta de la nave: «Vimos que, de repente, entraba una luz inmensa, como si no hubiese techo, así que pensé que se caía todo», relataba ayer entre gimoteos. Al igual que los responsables de la firma que les alquila las instalaciones, mostraban una gran alegría porque nadie resultó herido. Inundaciones «Por ahora, sólo podemos decir que nos alegramos de lo principal: que no hay ningún herido. Por supuesto, Anjoca lo lamenta mucho», explicaba ayer María Velázquez, jefa de recursos humanos, en nombre de esta empresa. Sobre las consecuencias del accidente, al cierre de esta edición, apenas podía aportar datos concretos. «Tenemos un grupo de técnicos trabajando en la zona y poco podemos decir hasta que terminen los informes. Sabemos que es una trágica consecuencia de las inundaciones», apuntaba esta responsable. Revisión técnica Poco antes, Rosa Estrada tampoco encontraba explicación al siniestro: «Como caían cascotes, avisamos al dueño, que envió a un técnico a revisarlo todo, pero éste dijo que estaba bien, que no era ningún peligro». Los servicios de emergencia montaron un dispositivo en el que se llegó a acordonar los alrededores de la fábrica y una carretera de Sabón. Oficialmente, nadie encontraba explicación al suceso, pero en los corrillos de los responsables de Protección Civil se repetían varios hechos que se perciben en la zona a simple vista: el muro de contención derrumbado es demasiado alto -mayor que la altura de un tercer piso-, fino como un tabique, antiguo y no tenía ningún tipo de sujeción o refuerzo por la parte interior. Por la exterior, corría un regato que ayer circulaba con un caudal crecidísimo por las intensas lluvias.