Los moteros gallegos se encadenan a la vida

La Voz CARLOS PUNZÓN

GALICIA

M. MORALEJO

30 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

EMPIEZA la operación salida y la DGT recuerda hasta la reiteración el peligro que entraña la carretera. Muchos de los que están programando sus vacaciones ya no volverán a sus hogares, pero no siempre por culpa de un error humano. Así lo mantienen los motoristas que ayer se concentraron en lugares de toda España para pedir al Gobierno que ponga algo más de su parte para evitar por lo menos muertes y mutilaciones que podrían no registrarse con sólo cambiar el modelo de quitamiedos y guardarraíles que limitan con casi la totalidad de las carreteras del Estado. Vigo fue la ciudad elegida ayer por los moteros gallegos para expresar de nuevo su indignación por la lentitud de la Administración en resolver un problema que ellos llevan años poniendo de manifiesto. La Peña Motociclista Pontus Veteris, de Pontevedra, convocó a los amantes de verdad de las dos ruedas en una concentración sorpresa que desde la playa de Samil partió en orden hasta la carretera de Baiona, donde medio centenar de personas se encadenaron a los peligrosos quitamiedos, mientras la muerte, representada con túnica negra y una guadaña, cortaba cabezas y piernas, exactamente igual que lo hacen los guardarraíles cuando un motorista impacta contra los soportes que los sostienen. Los moteros advirtieron del «peligro de muerte» que dichas guillotinas de carretera entrañan para ellos y los ciclistas que impactan en los accidentes contra estas. Pero también quisieron tener un recuerdo «para los caídos», algunos de los que han engrosado la lista de víctimas de las operaciones salida y llegada de tantas y tantas vacaciones. El espíritu constructivo de los motoristas se puso de manifiesto en la protesta evidenciando que hay soluciones técnicas para sustituir con éxito los mortales artilugios metálicos, pero también reclamando a los concentrados respeto hacia los demás conductores y a los agentes de Tráfico. «Estamos aquí para hacernos visibles, para que la Administración se haga consciente de que depende de ella rebajar el número de siniestros en este caso, de que los moteros queremos vivir; por eso nos encadenamos a la vida», manifestaba uno de ellos.