Diez estudiantes independentistas boicotearon ayer durante 30 minutos la conferencia del presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijoo, en la Facultade de Ciencias Políticas de Santiago.
El acto, que se celebró una semana después de que la primera convocatoria quedara aplazada por «problemas de aulas» aducidos por la facultad, fue interrumpido a los pocos segundos de que Feijoo iniciara su alocución, después de ser presentado por la decana, Nieves Lagares. Tres jóvenes se levantaron de los asientos que ocupaban portando unas cartulinas rojas y amarillas con las que formaron la palabra «fascista». Con el rostro oculto tras el papel, los estudiantes empezaron a corear sus proclamas: «Fóra fascistas da universidade», «Partido Popular, partido criminal» y «xenocidas», en referencia a los vuelos de la CIA con destino a Guantánamo que pasaron por el espacio aéreo español. La reacción fue inmediata en las primeras filas de un auditorio formado por 200 alumnos, y los gritos contra Feijoo y el PP fueron acallados primero con aplausos y después por voces que pedían «libertad».
Pero los boicoteadores no se arredraron, ni siquiera cuando el resto de los jóvenes les pedían entre risas que descubrieran sus rostros. Entonces tuvo lugar uno de los momentos que caricaturizó un incidente muy distante de la carga violenta del que tuvo lugar en febrero pasado en Económicas, con motivo de la visita de la entonces presidenta del PP vasco, María San Gil. El vicedecano de Políticas, Miguel Bastos, identificó y regañó desde la mesa en la que acompañaba a Feijoo a un manifestante: «¿Teño que ir botarte eu, Paco?».
A partir de ahí, el desarrollo de la protesta dejó en evidencia a sus protagonistas, que acusaban al líder del PPdeG de «fascista» al mismo tiempo que le negaban con sus gritos el uso de la palabra. «Precisamente para evitar esas actitudes fascistas, les pediría que se retirasen», solicitó sin éxito la decana. Para entonces, otros siete jóvenes se habían sumado a la protesta con mayor o menor empeño, mixturando invocaciones a la «independencia» con la petición de que el PP sea ilegalizado. Bastos les increpó: «Pastilleros».
Finalmente, los gritos fueron cesando, Feijoo se lanzó a hablar y los manifestantes se fueron.
Renovar un proyecto agotado
Feijoo, que fue recibido por Xosé Luís Barreiro, arrancó con una autocrítica del fraguismo como punto de partida para fustigar a la Xunta actual: «Os galegos demandamos do Goberno un proxecto de país. É certo que o PP tiña un proxecto que se foi agotando. E que precisaba unha profunda renovación despois de 16 anos. Pero este Goberno non ofreceu un proxecto», proclamó. Censuró que en el concurso eólico «parte do Goberno sospeita da limpeza da outra metade»; aventuró que Galicia será la última comunidad con AVE; acusó al bipartito de elevar en 300 millones los gastos de protocolo; reprobó el crecimiento de la Administración paralela; y levantó acta de un «autogoberno conxelado».
En el turno de preguntas, un alumno le recriminó por ofrecer un mitin donde se había anunciado una conferencia.