El primer pleno de la legislatura fue mucho más corto de lo previsto -Gobierno y oposición se culpan mutuamente de ello-, pero ya dejó entrever algunos rasgos estilísticos de la nueva etapa, en la que ayer debutaron las ex conselleiras María José Caride (PSOE) y Teresa Táboas (BNG) haciendo un meritorio papel en su labor de oposición.
Rojo corta por lo sano
La presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, se destapó como una conductora implacable del debate a la que no le tiembla la mano para apagar el micrófono de Feijoo cuando se le acaba el tiempo, gesto que casi nunca se le vio a su antecesora, Dolores Villarino, respecto a Touriño.
La revelación de Guerra
Una de las grandes revelaciones de la sesión fue la de Javier Guerra, conselleiro de Industria, que se estrenó en la brega parlamentaria haciendo honor a su apellido y exhibiendo un discurso duro y cañonero. Eso sí, como le ocurre a varios diputados de Vigo, no le vendría mal emplear un par de tardes con un profesor para no desgraciar de ese modo la lengua gallega. También Alfonso Rueda (Presidencia) es otra de las revelaciones, aunque exhibe un discurso más insolente con la oposición, muy en línea con la generación que ha llegado al Gobierno.
Caride y Táboas resuelven
También debutó ayer, en su caso en la oposición, María José Caride, resolviendo muy bien la papeleta contra la conselleira de Facenda, Marta Fernández, todavía muy verde en estas lides y pendiente en todo momento del papel. Lo mismo ocurrió con la nacionalista Teresa Táboas, que se destapó dándole un repaso al conselleiro de Territorio, Agustín Hernández, quien demostró estar necesitado de un poco más de rodadura política.
Un diccionario para Pachi
El líder del PSOE también hizo un discurso directo e incisivo en su debut parlamentario, si bien una de sus principales carencias es la falta de vocabulario. Como decía con ironía una diputada de su grupo: «Es como si coleccionara un diccionario por entregas y le faltaran algunos tomos».