Los ordenadores de la operación Muralla llevan 4 años abandonados

Xosé Carreira LUGO/LA VOZ.

GALICIA

14 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El contenido de los discos duros de los ordenadores que fueron intervenidos durante la operación Muralla corre serio riesgo de perderse. Han pasado cuatro años y parece que nadie los ha tocado. Ni siquiera se sabe si las condiciones en las que están almacenados, en unas dependencias del sótano de los juzgados lucenses, son las más adecuadas para garantizar la vida de este material. Varios expertos en el campo de la informática coinciden en que deberían ser adoptadas medidas urgentes a través del juzgado o de la Fiscalía.

La situación en que se hallan los discos es una muestra más del abandono al que estuvo sometida en los últimos tiempos la espectacular operación llevada a cabo en el mes de mayo del 2006 por parte del fiscal jefe de Lugo en aquella época, Jesús Izaguirre. Apenas se movió un papel, no se hicieron diligencias ni trámites, y nadie se preocupó por el material informático, que tiene una vida limitada, dependiendo de las condiciones de conservación. En esos discos duros se supone que estarían los archivos que podrían avalar, o no, las sospechas del fiscal.

Expertos en materia informática aseguraron que la duración de un disco duro depende del fabricante -algunos garantizan su operatividad en condiciones normales hasta por diez años- y también del estado de conservación. En un lugar como un sótano, el tiempo de vida puede acortarse notablemente hasta el extremo de que no sería una sorpresa que no funcionen cuando sean enchufados a la red. El riesgo descendería si alguien se hubiese preocupado de revisarlos, encenderlos con cierta frecuencia y mantenerlos en buen estado, pero parece que esto no ha sido así.

Aunque lo más grave es que no se hubiesen hecho copias de seguridad para tener garantizado el acceso al contenido, tal y como apuntaron algunas fuentes, que recordaron que la ley obliga a conservar y mantener los datos informáticos que pueden ser necesarios en el futuro. Si hasta una empresa telefónica está obligada legalmente a guardar durante un tiempo los registros informáticos, sería muy grave que en una sede judicial se perdiesen los datos de una operación. Pero al margen de una posible vulneración de la ley, tanta desidia resulta al menos sorprendente.

Los discos no copiados corrieron, y corren cada día, muchos peligros. Por ejemplo, el contenido de los soportes magnéticos puede borrarse con un simple imán potente que alguien aproxime, incluso con una pared de por medio. El uso de una máquina que genere un campo magnético cerca del lugar de almacenamiento, como un potente aspirador, también pudo haberlos borrado por completo.

Si el caso de la operación Muralla resulta cuando menos asombroso, porque pasados cuatro años está como al principio, más lo es que los discos duros no fuesen analizados. Los expertos de la policía a los que les fue pedido dicho trámite se negaron. Algunos alegaron que ya tenían mucho trabajo y que tardarían tiempo. Otros echaron balones fuera diciendo que ellos no habían intervenido en el desarrollo de la operación.

Encender los ordenadores que albergan los discos duros de la empresa que supuestamente redactaba proyectos de obra para la Diputación de manera irregular, conocer su contenido y copiarlo es un trabajo que puede hacer cualquier aficionado a la informática, argumentaron ayer diversos expertos. Otra cosa sería estudiar las carpetas de contenido técnico o económico, lo que el juzgado o la fiscalía deberían encomendar a especialistas y peritos en cada materia.

La paralización que sufre la operación Muralla provoca que una decena de personas continúen imputadas. Alguno de los abogados defensores califica de gravísima la situación.