El diario de sesiones del Parlamento de Galicia refleja un dato curioso sobre Palmou. Ocurrió el 2 de noviembre del 2004. El entonces conselleiro de Xustiza comparecía en comisión para explicar el presupuesto de su área y llegó a despedirse en público, dando por hecha su dimisión. Pero no se consumó. Rajoy había volado a Galicia para frenarla en seco y asegurar también su permanencia como secretario general del PPdeG.
-Fueron momentos difíciles.
-Sí, pero también se hicieron interpretaciones que no siempre fueron exactas.
-¿Cuál fue su papel en el cese de Cuíña como conselleiro?
-Yo era el secretario general del partido, pero no tuve intervención alguna. Lo destituyó Fraga.
-Pero usted también era un testigo de excepción.
-Pero solo en cuanto a que tuve conocimiento del cese, no como protagonista. Coincidió con una remodelación obligada del Gobierno porque Corina Porro y López Besteiro iban a ser candidatas en Vigo y Lugo. Después se hicieron interpretaciones para todos los gustos, pero yo creo que el tiempo ha puesto las cosas en su sitio.
-¿Llegó a haber riesgo de ruptura en el partido?
-Nunca he percibido riesgo de fractura en el PP gallego, otra cosa son las reivindicaciones que se le hicieron llegar a Fraga, aunque, en fin... Es un asunto del que no me gustaría hablar.
-En los debates aún se recuerda que hubo cinco diputados de Ourense encerrados en un piso amenazando la mayoría absoluta del Parlamento.
-Ese fue uno de los hechos más relevantes, pero también puso de manifiesto que no había riesgo de fractura. El presidente Fraga y yo tuvimos una reunión con esos diputados en la sede del partido que fue cordial. Las fotos también están ahí para comprobarlo.
-¿En qué lo dejamos entonces, en una anécdota?
-Creo que podríamos dejarlo en una falta de desconocimiento de unos hechos que se habían producido, pero se resolvió sin ruptura.
-Desde entonces parece que el PPdeG se ha puesto más veces el birrete que la boina.
-Siempre he negado esa división dentro del partido, lo que sí creo es que hay distintas sensibilidades con el legado galleguista, pero no hay dos bloques.
-Con Rajoy llegó al PP y con Fraga, a la Xunta. ¿Qué representa para usted el expresidente?
-Siempre he estado mucho más próximo a Fraga como responsable del partido. Fraga es una figura singular, y esa singularidad la centro en su capacidad, su dedicación, en su honradez. Es un hombre que vivía para la cosa pública. Hay momentos fundamentales en la vida política de una persona, y yo los he vivido junto a Fraga.
-¿Qué debería recuperar Feijoo del legado de Fraga?
-Creo que Feijoo es un continuador del legado de Fraga, recuerde que fue su vicepresidente, y creo que lo que está haciendo es lo que toca hacer. La Galicia actual es distinta, y el contexto económico, también.
-Como ponente de la reforma del Estatuto del 2006, ¿qué faltó para lograr un acuerdo?
-Lamentablemente no se logró el acuerdo en algo que era accidental, que es la definición identitaria. Pero sí hubo un avance enorme en otros aspectos de mayor incidencia ciudadana, en la defensa de Galicia, de nuestra cultura y nuestra lengua, en establecer los derechos y en reforzar la igualdad y la solidaridad.
«Creo que Feijoo es un continuador del legado de Fraga y hace lo que toca hacer»