Cierre de centros por las tardes y facultades listas pero sin equipar por falta de fondos

La Voz

GALICIA

22 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Aunque las universidades se han puesto las pilas -llevan años haciéndolo-, las medidas derivadas de la contención del gasto llaman más la atención en casos como el de la Universidade de Santiago, que partía de una situación peor, entre otros motivos porque arrastra una deuda que en estos momentos supera los 65 millones de euros -el año pasado sobrepasaba los 71.

Esto ha llevado a situaciones como la reforma de la Facultade de Bioloxía. Las obras se están terminando, pero en el 2012 no hay dinero para equiparla, por lo que hasta el 2013 no podrá consignarse una partida para ello. «Me da pena acabar unas obras y no poder equiparlas», apunta la vicerrectora de Economía de la USC. Para llevar a cabo la nave de prácticas en el campus de Lugo habrá que reducir el importe previsto o conseguir financiación. Otra de las medidas más llamativas para economizar luz y calefacción es cerrar las facultades durante las dos próximas semanas por las tardes.

La Universidade de Vigo se apunta a los recortes en las inversiones reales, y de cara al 2012 este capítulo sufrirá un recorte del 12 %. El propio rector de la institución viguesa, Salustiano Mato, manifestó ayer que se trata del momento más difícil para gestionar una Administración pública «pero hai que ter ánimo e esperanza no futuro», apuntó.

Proyectos que siguen

El descenso de los recursos paraliza y ralentiza inversiones, pero otras, que cuentan con financiación propia o finalista, se mantienen. Es el caso de la remodelación del antiguo cuartel de Sánchez Aguilera en Ferrol para convertirlo en residencia universitaria, un proyecto del nuevo equipo rectoral de la UDC que hará con fondos propios; o, en el caso de la USC, dos de los centros del campus de Ciencias de la Salud, el Citius y el Cedega, para los que ya hay fondos. Aunque los tres rectores han valorado que la Xunta congelase los presupuestos de las universidades en unas cuentas a la baja, el nuevo plan de financiación no ha convencido a algunas instituciones. El exrector de A Coruña, José María Barja, ha sido el más combativo y asegura que perpetuará déficits históricos. La de Vigo fue la que acogió el documento con mayor satisfacción, mientras que Santiago se mostró más tibia.