El carácter fuerte que encierra el frasco pequeño

d. s. santiago / la voz

GALICIA

05 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Elena Espinosa (Ourense, 1960) es un producto de la cantera socialista de la Facultade de Económicas de Santiago. Como lo fue Touriño. Y también Caballero, González Laxe, Leiceaga, Ceferino Díaz, María José Caride... y tantos otros. De su biografía más íntima se puede decir que fuma, que denosta el rock duro, que no tiene hijos y que popularizó por Madrid la ropa D-Due, made in Rianxo, a la que últimamente también se abonó Soraya Sáenz de Santamaría. Confunde bastante su baja estatura, quizás por mostrarla como una mujer frágil y de criterio maleable, algo que no se corresponde en absoluto con la realidad.

De ello dieron buena cuenta en Silleda los organizadores de la Semana Verde. En vísperas de las autonómicas del 2005, elaboraron un protocolo de autoridades que le reservó a la entonces ministra de Agricultura un papel secundario en la comitiva del presidente Manuel Fraga, al que agasajaban en todos los expositores. Y vaya si estalló su carácter: «Sois una pandilla de malvados», le espetó ante los periodistas a José Maril, responsable del negociado, al que acusó de darle a Fraga «aceite para engrasar lo que le falta el día 19», en alusión al 19-J del 2005, el día que el Gobierno del PP fue batido en las urnas.

Educada en el instituto Otero Pedrayo de Ourense, ciudad donde reside su padre, parte del ADN vital de Espinosa también está vinculado a Vigo, donde vive y llegó a dirigir la autoridad portuaria hasta 1996. A aquella época se remonta su relación con el exministro de Economía, Pedro Solbes, su perpetuo valedor en el Consejo de Ministros y quizás el que más le reconoció su entrega y su gran capacidad de trabajo.

La experiencia acumulada en la gestión pública y en la privada está ahora puesta al servicio del PSdeG. No tiene un perfil político arrollador, pero tiene algo valioso: sencillez y disposición a aprender.