Los propietarios del colegio Liceo la Paz de A Coruña, el director técnico y el jefe de estudios atribuyen la muerte de Diego Novo, el niño de cuatro años que murió en el 2009 durante una clase de natación, a «un posible error involuntario de los encargados de la ejecución material de la actividad», al tiempo que subrayan que el «accidental desenlace» no se puede achacar «a la falta de previsión o preocupación de los directivos del centro». Así lo asegura el abogado que representa a los cuatro imputados en el escrito de defensa que presentó esta semana ante el Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña, que fue el encargado de investigar los hechos. Ante esto, el personal de la piscina que estaba aquella mañana dando las clases de natación optaron por buscar otro abogado distinto al que defiende los intereses del centro para que solo los defienda a ellos, al no estar de acuerdo con aquella tesis. Ahora que todas las partes se posicionaron, se está a la espera de que la jueza que lleva el caso ponga fecha para el juicio.
Para los propietarios del colegio, «lamentablemente, parece haber ocurrido algo muy simple: una concatenación de circunstancias desafortunadas que dieron lugar a un fatal desenlace que todos lamentamos profundamente», según señalan los imputados por un delito de homicidio por imprudencia grave, por el que el fiscal demanda que sean condenados a penas de entre tres y cuatro de cárcel. La Fiscalía sostiene que los acusados cometieron irregularidades en las funciones que tenían asignadas para garantizar la seguridad. En el banquillo se sentarán el socorrista, la monitora, el coordinador de actividades, el director técnico y los dos propietarios del colegio.