La jueza no decretó fianza para el alcalde lucense, que ofreció auditar sus bienes
23 nov 2012 . Actualizado a las 14:26 h.«O único que pretendo é que se coñeza a verdade». Con esta frase se presentó en los juzgados lucenses a media tarde de ayer el alcalde lucense, José Clemente López Orozco, para sentarse como imputado ante la jueza Pilar de Lara Cifuentes, que considera que pudo haber incurrido en los delitos de cohecho y tráfico de influencias. Y como imputado continuó después de declarar durante seis horas, aunque la magistrada no decretó fianza para el regidor, que se mostró satisfecho con su comparecencia y ofreció auditar todos sus bienes.
Orozco, a diferencia de Francisco Fernández Liñares, el que fuera su brazo derecho y que es el único que está encarcelado, sí estuvo arropado en su presencia en los juzgados. Lo respaldaron representantes de la organización provincial del partido y también de la local.
Aun así, hubo ausencias. Faltaron algunos de sus concejales y tampoco participó el presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro, que sí acudió por la mañana al Concello para mantener un encuentro con Orozco. El regidor era partidario de acudir solo o, como máximo, con su jefa de gabinete, sin embargo en el partido no se lo permitieron.
Finalmente, en el grupo de respaldo al alcalde figuraron los concejales Lino González Dopeso, José Manuel Díaz Grandío, Luis Álvarez, Esther Muñoz, Manuel Chaín y Sonia Méndez. También se sumó el diputado autonómico y secretario de organización del PSOE lucense a nivel provincial, José Manuel González Santín. Figuraba también en la comitiva el letrado madrileño Gregorio Arroyo, que fue el que ayer se encargó de la defensa.
«Veño de facer un acto constitucional, o deber de cumprir coa Xustiza», explicó Orozco, quien recalcó que estaba deseando acabar «canto antes» con esta situación que le provoca que esté viviendo los momentos más turbulentos de su larga carrera política.
Cuando le explicaron que se encontraba muy arropado por las bases de su partido dijo: «Son os meus compañeiros que son así de boa xente e que querían vir comigo hasta aquí».
Para el alcalde lucense lo más importante de la tarde de ayer era «responder a todas as preguntas que se me queiran formular». «O único que pretendo é que se coñeza a verdade», matizó. Uno de los periodistas presentes le preguntó cómo se encontraba y él respondió: «Moi ben. ¿Como quere que me atope? Perfectamente ben».
Se imaginaba que la sesión que le esperaba ante la jueza iba a ser larga. Pilar de Lara no se caracteriza precisamente por interrogatorios suaves y de entrada parece que tenía preparada una batería con más de un centenar de preguntas, según algunos testimonios. A Orozco parecía no preocuparle el hecho de tener que estar varias horas declarando. «Un xa está afeito -dijo- a traballar tantas horas que un día máis de traballo, non importa».
Precisamente entre las preguntas que le fueron planteadas hubo varias relacionadas con el presunto beneficio del dinero de varios sobres que las empresas pagaban mensualmente para agradecer favores. El regidor lo negó taxativamente y dijo, al parecer, no saber absolutamente nada de esas entregas.
También le plantearon varias cuestiones relativas a la presunta concesión de puestos de trabajos por parte de la empresa Vendex a amigos de miembros del equipo de gobierno del concello lucense. Asimismo, fue interrogado sobre diversos documentos que aparecieron en los numerosos registros que fueron llevados a cabo en las viviendas del que fue durante años su brazo derecho en el gobierno municipal, Fernández Liñares.