La Xunta lanzó ayer un proceso de licitación que en las próximas semanas lo conducirá a contratar «apoio e asesoramento»
24 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La Xunta dio ayer el primer paso en firme para privatizar la gestión de la autopista libre de peaje Dozón-Ourense (AG-53) y de su ramal hacia O Carballiño (AG-54), como había avanzado el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, en el Parlamento gallego el pasado 11 de enero. En dicha comparecencia, sin embargo, el titular de la cartera obvió mencionar dos cosas: que la operación, porque «non dispón dos medios nin do persoal suficiente», no la diseñará la pública Axencia Galega de Infraestruturas, sino un agente externo (una consultora, un banco...), y que quien resulte elegido para ejecutar ese movimiento, si además cierra el círculo y encuentra inversor, cobrará, con cargo a este último, una «comisión de éxito» presupuestada en hasta dos millones.
A través del Diario Oficial de la Unión Europea, el Gobierno autónomo lanzó ayer un proceso de licitación que en las próximas semanas lo conducirá a contratar «apoio e asesoramento» para llevar a cabo la externalización de la explotación de la AG-53 y la AG-54. La firma escogida para ese trabajo deberá, durante cinco meses, trazar una hoja de ruta «con multitude de aspectos financeiros, xurídicos e comerciais [...] que necesitan de moita especialización», según documentos oficiales distribuidos entre posibles interesados en el encargo. Entre otras tareas, tendrá que estructurar y concebir el traspaso de la concesión, analizar su viabilidad, investigar todas las áreas de negocio, elaborar un plan de márketing y seleccionar potenciales compañías dispuestas a asumir ambas carreteras.
Por ello, del peto de la Administración cobrará un máximo de 71.635 euros. Pero si, amén de todo lo anterior, consigue llevar a buen puerto la nave -es decir, procura a la Xunta el socio privado que busca-, se embolsará una especie de premio valorado inicialmente en un par de millones. «Es lo que se llama una cláusula de éxito. Se suele incluir en prácticamente todos los contratos de este tipo. Y la paga el inversor», explicó ayer, preguntado al respecto, un portavoz autorizado del departamento de Hernández.
Tanto la externalización de la AG-53 (31,7 kilómetros que prolongan los 33 de la autopista de pago Santiago-Dozón) como la de la AG-54 (5.200 metros) detraerán del erario unos 1.500 millones en los próximos 44 años, de acuerdo con estimaciones del Ejecutivo de Feijoo. Con parecer muchos, no obstante, suman aproximadamente 150 menos de los que, a tenor de las cuentas que ha echado Medio Ambiente, costaría dejar el mantenimiento de ambas infraestructuras dentro de la esfera pública, como hasta la fecha. Ese ahorro permitirá luego a la consellería desprenderse de deuda pendiente de amortizar que se generó durante la construcción de la AG-53 a lo largo de la década pasada. Su trazado, en cualquier caso, continuará íntegramente sin cabinas de cobro.