Atónitos. Así se quedaron algunos diputados nacionales, no solo del PP, que el pasado miércoles siguieron la comparecencia de Feijoo en el Parlamento gallego para justificar sus fotografías con el entonces contrabandista y hoy narco Marcial Dorado. Y las opiniones van por barrios. Hay quien elogia la reacción decidida del presidente de la Xunta y quien no comprende por qué no tenía un relato más preciso sobre lo sucedido cuando, como él mismo admite, sabía desde hace tiempo que esas imágenes iban a ver la luz.
Pero lo que dejó estupefacto a más de uno es el show de Xosé Manuel Beiras, sollozos desde la tribuna incluidos, y el hecho de que parezca poder hacer lo que le venga en gana en la Cámara gallega sin que nadie le llame al orden por temor a su reacción. A otros les sorprendió también la agresividad y vehemencia mostradas por un Francisco Jorquera al que solo conocían como un político templado y sereno cuando era portavoz del BNG en el Congreso. El grado de bronca alcanzado en el Parlamento gallego en esa sesión llamó al parecer la atención a quienes creían que se trataba de una Cámara aletargada.
Sobre el fondo de la cuestión, las explicaciones de Feijoo sobre su relación con Dorado y el hecho de que las fotos se publiquen precisamente ahora, se ha dicho ya casi todo, y desde todos los frentes. Por ello quizá sea más interesante prestar atención a los silencios en torno a la cuestión que al griterío sobre un episodio que, reconocen en el PP, ha hecho mucho daño al presidente de la Xunta.
Cuando se le pregunta al entorno más cercano a Feijoo por su grado de satisfacción con el respaldo recibido desde el partido por el asunto de las fotos no hay una palabra crítica para nadie. Pero las respuestas dejan ver que el entusiasmo no es precisamente desbordante. Un dato significativo es que Feijoo parece seguir con detalle lo que sus compañeros dicen sobre el asunto. Y que sus colaboradores son capaces de recitar la lista de quienes le han expresado claramente su apoyo en público. Lo que implica que saben muy bien quién ha preferido no arriesgar y quedarse callado. En esa lista destaca el respaldo de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que desde su mesa de portavoz del Gobierno aseguró que las fotos «no tienen ningún tipo de relevancia ni naturaleza jurídica». Y no está, sin embargo, la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Más imágenes
Pero en el PPdeG invitan también a analizar otros silencios significativos. Son los de los líderes del PSdeG y el BNG que han eludido hacer sangre con el episodio de las fotos con Dorado. Aseguran que pueden salir pronto más fotos comprometedoras de la serie de Feijoo, pero también otras que afectan a dirigentes de otros partidos gallegos. Al tiempo.
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