Un nuevo sabotaje a 18 camiones en Lugo reabre la guerra del transporte

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

GALICIA

Los vehículos aparecieron en O Ceao y Tablicia con todas las ruedas pinchadas

14 may 2013 . Actualizado a las 13:56 h.

El sabotaje a 18 camiones en dos estacionamientos de Lugo -la terminal de mercancías de O Ceao y el aparcamiento privado de Tablicia- ha vuelto a dejar constancia de la guerra que se libra en el sector del transporte y cuyo origen se encuentra en los precios. Todos los indicios apuntan a que las actuaciones proceden de algún grupo vinculado al propio sector. El ataque se registra dos meses después del que fue víctima parte de la flota de camiones de la empresa Miana, que estaban estacionados en una explanada en Ribadeo. En este último caso, entre otros daños, los responsables del ataque destrozaron los depósitos de cuatro vehículos pesados y el combustible acabó llegando a la playa de As Catedrais. Las fuerzas de seguridad no han conseguido localizar a los autores. Ese mismo fin de semana, el del 16 y 17 de de marzo, se registraron destrozos en otros vehículos aparcados en la estación de servicio de Guitiriz.

La última actuación se produjo el pasado fin de semana en la terminal de mercancías de O Ceao, un recinto cerrado, con vigilancia, en el que es la primera vez, según fuentes del sector, que se producen ataques de este tipo. La terminal permaneció a salvo de sabotajes y de acciones de los piquetes incluso durante los paros patronales más duros. El ataque fue contra dos camiones del Grupo TT, de Narón y contra otro de la empresa francesa Norbert. Todos ellos aparecieron con las ruedas pinchadas. El de la firma gala, que transportaba conservas, tenía además la lona destrozada. Sobre las cajas de conserva vertieron gasoil para tratar de evitar que la mercancía pudiera llegar a su destino.

Daños de 30.000 euros

El otro ataque perpetrado durante este último fin de semana tuvo lugar en el aparcamiento privado de Tablicia, en el que se encontraban 15 vehículos pesados y un remolque. Siete de ellos pertenecían a una misma empresa, que valoró los daños en 30.000 euros; y el resto, a autónomos. Además de con las ruedas en el suelo, los vehículos aparecieron con varios cilindros hidráulicos destrozados.

Por la forma de actuar, todos los los indicios apuntan a que los autores podrían ser los mismos en ambos casos. Las ruedas de los camiones -cada una cuesta 500 euros- presentaban en algún caso hasta 80 perforaciones, posiblemente realizadas con una máquina que permite causar gran cantidad de agujeros en el menor tiempo posible para no ser descubiertos. Con tantos pinchazos es prácticamente imposible parchearlas.

No todos se denuncian

El aparcamiento de Tablicia, la maderera de Nadela, cerrada desde hace un año, pero que conserva un retén en la caseta de entrada donde está situada la báscula, es uno de los utilizados por empresas y autónomos para dejar los vehículos durante el fin de semana.

Los transportistas, que por la semana suelen dormir en la cabinas de los vehículos para evitar robos y sabotajes, no saben dónde estacionar los fines de semana, cuando descansan. Se quejan de que no existen aparcamientos vigilados y que reúnan condiciones de seguridad. Este problema le ha sido trasladado en repetidas ocasiones a las diferentes Administraciones.

Los empresarios del sector reconocen que no están presentando denuncias de todos los casos de destrozos en vehículos que se están registrando.

Temor a represalias

El temor a posibles represalias, junto con la sensación generalizada de que cubrir este trámite no va a solucionar nada, son las principales razones que aducen para explicar por qué no se hacen públicos los ataques.