La decisión de contrastar sus proyectos para el partido en un cara a cara público depende en exclusiva de los dos candidatos
27 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El debate ni está prohibido ni tampoco autorizado. Sencillamente no está regulada expresamente la posibilidad de que los dos aspirantes a hacerse con la secretaría general del PSdeG-PSOE, José Ramón Gómez Besteiro y Manel Vázquez, pueda contrastar sus proyectos para el partido en un cara a cara público, así que la decisión de convocarlo o no depende únicamente de ellos.
Esta es la explicación que ayer facilitó la dirección del Partido de los Socialistas de Galicia, a través de su secretario de Organización, Pablo García, sobre el debate de los aspirantes a suceder a Pachi Vázquez en el PSdeG. «Celebralo é cousa dos candidatos», manifestó el jefe del aparato socialista, tras poner de relieve que el reglamento elaborado para las primarias consultivas que tendrán lugar el 7 de septiembre no hace ninguna referencia a esta cuestión.
La cúpula del PSdeG se lava así las manos en torno al formato de un debate que no tiene precedentes en España, aunque sí en otros países como Estados Unidos, con el cara a cara que enfrentó en el 2008 a los dos demócratas Barack Obama y Hillary Clinton, o el que a finales del 2011 midió a François Hollande y Martine Aubry, aspirantes entonces a convertirse en candidatos socialistas a la presidencia de la República.
La última vez que el PSOE se planteó la posibilidad de celebrar un debate público entre dos de sus candidatos fue a principios del año pasado, con anterioridad al congreso de Sevilla, cuando Carme Chacón planteó celebrar un cara a cara con Rubalcaba, propuesta que Ferraz cortó en seco con el argumento de que no solo eran los candidatos, sino todos los delegados del congreso, los encargados de decidir el futuro del partido, por lo que reducir la discusión a solo dos personas sería una «degradación de la democracia».
Este precedente es el que invocan de manera expresa desde el equipo de Besteiro, y en menor medida desde el de Vázquez, para evitar el cara a cara socialista gallego.