Los supervivientes del «Mar de Marín»: «El mercante nos llevaba a rastras»

Marcos Gago / C. Barral / C. Elías PONTEVEDRA, FERROL / LA VOZ

GALICIA

Los cinco supervivientes del «Mar de Marín», en estado de «shock», se recuperan de la tragedia arropados por sus familiares y lamentando la pérdida de sus compañeros

02 abr 2014 . Actualizado a las 14:06 h.

En completo estado de shock, los supervivientes del Mar de Marín no se creen aún la tragedia de la que fueron protagonistas contra su voluntad la madrugada del martes. Dos viven en Marín, otros dos en Pontevedra y un quinto en Ferrol. Desde ayer por la mañana ya están con sus familias. Estas son sus historias.

Gonzalo Santiago Torres

La mano que auxilió a sus compañeros. Gonzalo, de 47 años, estaba leyendo en su catre cuando sintió «un golpe muy fuerte», que hizo que todos saliesen de sus camarotes. «No sabíamos qué pasaba, solo que entraba mucha agua por todas partes. Entonces, vimos el mercante encima de nosotros, que nos llevaba a rastras, haciendo que el barco diese vueltas». La tripulación logró juntarse en el puente, pero no les dio tiempo a ponerse los trajes salvavidas, mientras veían impotentes cómo las balsas se alejaban sin ellos, porque tampoco pudieron subirse a ellas. Todo pasó demasiado rápido. «Nos hundimos con el barco. Yo me agarré al traje que me até a la cintura y me enrollé con él. El barco nos arrastraba al fondo». Relata sus temores en el momento del naufragio: «Debajo del agua piensas que vas a morir, que no vas a aguantar hasta llegar arriba». Sin saber muy bien cómo, Gonzalo logró escapar de la tumba marina y se encontró en la superficie, junto al patrón Francisco Javier Pazó. Nadaron hasta la lancha más cercana, que estaba volcada, y le dieron la vuelta. El marinense fue el primero que logró subir a bordo. Entonces, se deshizo del traje, ahora ya un estorbo, y extendió sus brazos hacia Pazó, a quien ayudó a entrar en la lancha y en la vida. Después, ellos dos hicieron lo mismo con los otros tres compañeros que encontraron en el mar. Del resto de los tripulantes, ni rastro.

Francisco Javier Pazó

El segundo en subir a bordo. Encaramarse a la balsa resultó toda una odisea para el patrón de pesca del Mar de Marín, que explica que está vivo, entre otras cosas, por el traje salvavidas que le quedó a medio poner cuando el pesquero se fue a pique. Cree que fue gracias él que logró salir a la superficie, donde permaneció durante un tiempo que no sabe calcular. «En el agua se pierde la noción del tiempo. Quizá estuviéramos cinco o diez minutos. Todo fue un flash». Temió por su vida «desde el principio». Recuerda cómo Gonzalo lo ayudó a subir a la lancha que ambos habían alcanzado y cómo la patrullera de Aduanas los rescató «muy pronto». Ayer en Marín, acompañado por su mujer y sus amigos, se encontraba «totalmente aturdido», aunque todavía tuvo palabras para agradecer la labor de la embarcación que los llevó a tierra. «Nos dieron café, mantas y nos trataron muy bien». Cuando llegó a Marín quiso descansar, «pero me temblaba todo». Por eso fue a una revisión médica, en la que no se le encontró ninguna herida de consideración.

Gumersindo Márquez

El cocinero. Llevaba un año y dos meses en el Mar de Marín, pero la vida de Gumersindo Márquez Arís está íntimamente ligada al mar desde que tenía 14 años. Lo contó ayer la cuñada de este hombre de Poio de 51 años que ahora reside en Pontevedra. «Está muy afectado. No quiere hablar con nadie», comentó por la tarde esta familiar. El recuerdo de sus compañeros y de lo vivido en un naufragio que puede contar es un pensamiento que no puede alejar de su mente. Así lo corroboró su cuñada: «No tiene lesiones físicas y dentro de lo que cabe está bien, pero se acuerda de sus compañeros y empieza a llorar. Y eso que es fuerte».

Juan Ramón Santiago

Un contramaestre con experiencia. Juan Ramón, el contramaestre del Mar de Marín, se apellida igual que Gonzalo, pero no tienen ninguna relación de parentesco entre ellos. Ambos nacieron en Marín. Lleva toda su vida profesional en el mar y es un trabajador muy reconocido en su sector. Reside en Pontevedra.

Nicolás Mira

El biólogo a bordo. «Nos llamó de madrugada, cuando ya los habían rescatado y estaba a salvo». Así se enteraron los padres del biólogo ferrolano Nicolás Mira que el barco en el que viajaba su hijo había naufragado muy cerca de la ría de Vigo y que había conseguido salvar la vida. «En cuanto pudo vino para Ferrol y lleva todo el día durmiendo porque más tarde tiene que declarar», detallaba ayer su padre, un conocido traumatólogo jubilado de Ferrol.

«Está muy nervioso y triste. Aparentemente está bien físicamente, pero está muy tocado, en estado de shock», explican. El ferrolano se encontraba durmiendo cuando ocurrió el desgraciado accidente. «Nos contó que todo pasó muy rápido, en pocos minutos. Estaba dormido cuando sintió el golpe y rápidamente salió a cubierta porque en pocos minutos el agua subía y el barco se estaba llenando. Pudo subirse a la balsa y afortunadamente él está bien», relata su padre.