Dos burdeles de la Carioca generaron 3 millones en 3 años

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

Aduanas analizó la contabilidad paralela del 2006 al 2009

09 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En solo tres años, la explotación de la prostitución dejó al cabecilla de la operación Carioca, José Manuel García Adán unos beneficios de casi tres millones de euros. Así lo recoge un completo informe de Vigilancia Aduanera elaborado con respecto a los clubes Queens y La Colina, que gestionaba el citado proxeneta. Los datos hacen referencia únicamente al trienio 2006-2009, que son los años en los que los investigadores obtuvieron un mayor número de datos. No incluyen lo que ingresaron las empleadas de los dos burdeles por las relaciones sexuales.

García Adán, dice el informe, tuvo el Queens entre los años 2002 y 2009 y el Colina desde el 2005. Los cuantiosos beneficios que le generó la prostitución fueron registrados en una contabilidad paralela a la oficial para no ser declarados en su integridad al fisco. En los clubes se llevaba un peculiar sistema de control. En un cuadernos anotaban el nombre artístico de las mujeres y un resumen de su actividad traducido en euros. A mayores, a diario metían en un sobre todos los tiques de caja, también los de las máquinas de las tarjetas, las facturas de pagos, las multas impuestas a las empleadas y los taxis. Al final del día hacían un resumen y luego lo pasaban a unas libretas o agendas. En base a esos soportes fue realizado el cálculo de ganancias por parte de los investigadores.

Para consignar los beneficios obtenidos en los dos burdeles la organización creó los siguientes epígrafes. Casas, que hacía referencia a lo que pagaban las mujeres por estancia y alojamiento en el club. La tasa era de 12 euros por día, cantidad que tenían que abonar aún cuando no estuviesen en el local. Por este concepto el ingreso calculado por los investigadores fue de 455.133.

Otro apartado que tenían era el de pases que corresponde a los actos sexuales remunerados prestados por las mujeres. La organización, dice el informe, se quedaba con 10 euros de cada uno de los tres primeros que realizaban las empleadas. Aclara el informe que el objeto del estudio en este epígrafe no fue el de cuantificar lo cobrado por las mujeres sino lo que obtuvo la organización quien las explotaba y que establecen en 550.000 euros.

En la chapucera contabilidad de los clubes también aparecía el apartado de salidas. Este, en los tres años analizados, generó unos beneficios de 30.000 euros. Cada mujer que salía del club con algún cliente (muchas de ellas declararon haber participado en fiestas en las que corría la cocaína) pagaban 60 euros. La tarifa que solían cobrar a quienes solicitaban este servicio era de 360 euros.

Adán y sus colaboradores también sacaban provecho de las multas que imponían a sus empleadas cuando no trabajaban como ellos querían De hecho, tenían que alternar aunque estuvieran enfermas. Los retrasos también eran penalizados. En total, por este concepto la cantidad recaudada ascendió a 4.281 euros.

Otro capítulo para hacer caja era el de las deudas, abonos o préstamos. Las mujeres que habían adquirido alguna deuda con los proxenetas eran presuntamente obligadas a prostituirse hasta que hubiesen pagado todo lo adeudado. La suma por este concepto fue de 146.187 euros.

Por último, en la contabilidad de los dos burdeles aparecía el denominado por la red como «concepto Z» que hace referencia a la recaudación final diaria en caja de cada uno de los locales. Los ingresos fueron de casi un millón de euros.

Destacan los investigadores que en la cúpula de la organización estaría García Adán «quien daría las directrices superiores a las mujeres y a sus colaboradores para aceptar o rechazar a las chicas que quisieran trabajar y ante quien rendían cuentas». También aparecen incluidas otras cuatro personas que figuran imputadas por la jueza Pilar de Lara que inició la operación Carioca hace más de 4 años y que ya acusó a más de 100 personas.

Casi 80 mujeres pagaron a la red

Otro de los informes elaborados en relación con los efectos de la prostitución ejercida en los burdeles investigados en la operación Carioca (donde funcionaba una trama integrada por proxenetas y miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad que hacían la vista gorda), refleja que un total de 77 mujeres pagaron cantidades que en algunos casos superaron los 3.000 euros a los integrantes de la red para ejercer la prostitución. Previamente, les anticiparon el dinero para el billete y poder entrar en España.