El presidente de la Xunta proclama su «admiración» por Israel para rebajar el conflicto
16 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El tono ácido empleado por el jefe de la legación diplomática de Israel en Madrid, Alon Bar, en una carta dirigida al Parlamento gallego, en la que reprochaba a esta institución el haberse unido «a los peores y más extremistas enemigos» de su país por impulsar una declaración institucional en favor de la causa palestina, no tuvo la más mínima correspondencia por parte de los dos diputados autonómicos más cualificados, Alberto Núñez Feijoo y Pilar Rojo, presidentes de la Xunta y de la Cámara, respectivamente, que ayer midieron mucho sus palabras al valorar el encontronazo político con el Estado hebreo para evitar cualquier tipo de intifada, aunque fuera meramente dialéctica.
«O pobo galego non busca ningún conflito nin o buscará», dijo Feijoo en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consello, tras ser preguntado por este asunto. En su opinión, la declaración institucional aprobada con el acuerdo de los cinco grupos políticos del Parlamento -PP, PSdeG, AGE, BNG y mixto- era tan solo «unha mensaxe de respecto», puntualizó, por mucho que en la resolución se incluyera un punto que irritó notoriamente al embajador de Israel en España, en que la Cámara reconoce «o dereito ao retorno» de los palestinos que fueron expulsados de sus tierras tras la guerra árabe-israelí de 1948 que sucedió a la creación del Estado de Israel.
Entiende Alon Bar que esta posición el Parlamento gallego se sitúa «fuera de lo que es el consenso de la Unión Europea» sobre los parámetros de un futuro acuerdo de paz entre los palestinos y los israelíes, si bien Feijoo dejó entrever que discrepaba con esta opinión al señalar que la declaración institucional impulsada en O Hórreo «está dentro das resolucións das Nacións Unidas».
Conocedor de las calamidades
Pero dicho eso, el mandatario autonómico no quiso echar más leña al fuego y se limitó a proclamar su admiración por el pueblo judío: «Respectamos e admiramos ao pobo de Israel, a súa laboriosidade». Y agregó utilizando el plural: «Somos coñecedores das diferentes calamidades que tiveron ao longo da historia».
Posiblemente la mayor de estas calamidades fue la perpetrada por los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, provocando el exterminio de seis millones de personas. Es por eso que el Parlamento gallego recuerda aquellos hechos cada año, aprobando una declaración institucional coincidiendo con el día de la memoria de las víctimas del Holocausto, que tiene lugar cada 27 de enero.
Feijoo aludió a esta resolución que se impulsa en O Hórreo de forma periódica, pese a que su aprobación peligró el año pasado por el desmarque del portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras, que intentó introducir en el texto una referencia a las reivindicaciones del pueblo palestino.
La declaración estuvo frenada durante meses, pero finalmente se desbloqueó el acuerdo, aunque AGE, con el apoyo del BNG, logró en contrapartida que se aprobada también por unanimidad la primera declaración del Parlamento en favor de los derechos de los palestinos.
Pilar Rojo, que ayer participó en un acto en A Coruña, tampoco quiso entrar a fondo en el conflicto con Israel, pero sí recordó que las declaraciones institucionales se impulsan siempre con el apoyo de todos los grupos políticos y que la de Palestina también vio la luz «otros años» sin que Israel protestara. «Do mesmo xeito que se fan declaracións, en este caso a favor do pobo palestino, fanse outras en contra do Holocausto», recordó la presidenta del Parlamento, quien apreció «certa inxerencia» de la Embajada de Israel en el trabajo desarrollado por la Cámara autonómica.
Injerencias
Lo cierto es que donde Rojo ve «certa inxerencia», los grupos de la oposición aprecian una «inxerencia inadmisible», en palabras de Francisco Jorquera (BNG), y un «exercicio inaudito de soberbia», como plasmó Beiras en una carta de respuesta al embajador, en la que además acusaba al Estado de Israel de cometer «etnocido e xenocidio» contra el pueblo palestino y de someterlos a un «réxime de apartheid».
Y a modo de broche al incidente diplomático, ayer también entró en escena la Asociación Galega de Amizade con Israel (AGAI). Y lo hizo para expresar su «total respecto» por la soberanía del Parlamento gallego en la toma de sus decisiones, pero también para dejar constancia de su extrañeza por las «inexactitudes e erros históricos» en los que incurre la declaración objeto de polémica impulsada en vísperas del 15 de mayo, un día en el que Israel conmemora el nacimiento del país, y los palestinos, su éxodo.