La Voz distribuirá el jueves «El peor día de Galicia», que explica las causas del accidente de Angrois, sus consecuencias y las historias personales de las víctimas
20 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El 24 de julio del 2013 la vida y la muerte se encontraron en la curva de A Grandeira. La muerte dejó tras de sí un inmenso vacío. Pero la vida, en las manos de los hombres y las mujeres de Angrois, dejó para siempre una lección de solidaridad y esperanza.
El próximo jueves, en el aniversario del mayor accidente ferroviario de la historia de Galicia, La Voz distribuirá conjuntamente con el periódico, más el precio de 1,95 euros, el relato fiel de aquella tragedia, un libro que aúna, desde múltiples ángulos, la crónica periodística y el análisis de las circunstancias que la rodearon. Ordena las piezas de un complejo puzle para ofrecerle al lector la posibilidad de encajarlas, de sacar conclusiones.
Los nombres de las 80 personas que perdieron la vida a consecuencia del accidente abren El peor día de Galicia. Tragedia en Angrois. Y sus 168 páginas concluyen con un apéndice que ofrece una cronología de los hechos más relevantes relacionados con la catástrofe, una explicación de los aspectos técnicos y un compendio de las decisiones que se han adoptado para mejorar la seguridad del transporte ferroviario tras las durísimas enseñanzas que hasta ahora se han extraído del desastre.
La crónica comienza poniendo, poco a poco, rostro a los niños, las mujeres y los hombres a bordo de los vagones. Surgen sus historias personales. Cómo y por qué deciden tomar aquel tren... Después se cuela en el interior de la cabeza motriz del convoy. Cuenta segundo a segundo qué pasó en la cabina. Quién es Francisco José Garzón, el maquinista. Cuál es su trayectoria. Aquel día permanece en la memoria de cada familia que perdió a un ser querido. Y en la colectiva. Pero también en la del hombre que, como él mismo reconoce, tenía la responsabilidad de llevar a los viajeros a su destino.
La investigación y la curva
Otro de los personajes principales, Luis Aláez, hace guardia en los juzgados de Santiago el 24 de julio y le toca asumir la instrucción judicial. El tercer capítulo explica cómo dirige la investigación sobre el siniestro.
El relato se pone ahora en la piel de quienes ven desde sus casas el descarrilamiento y corren sin pensárselo para ser los primeros en dar su aliento y prestar su ayuda a los heridos. Antes de que los servicios de emergencias pongan en marcha y consigan organizar el gigantesco despliegue de medios.
El análisis de los aspectos técnicos tiene un lugar destacado en el libro. Dos capítulos se centran en el diseño de la vía y las características del Alvia y su posible influencia en el accidente. También el traslado de esa cuestión al plano político -cuando, pasado el primer momento, aparece la confrontación- queda reflejado en El peor día de Galicia.
La narración se cierra con la historia de la lucha contra el dolor de la pérdida. De cómo se sobrelleva el daño que deja tras de sí una tragedia colosal. De cómo se puede superar.
El libro es, en definitiva, un homenaje a quienes aquel 23 de julio perdieron la vida en la curva de A Grandeira y a aquellos que, lejos de cualquier sentido del deber, trataron de ayudar guiados solo por un inmenso corazón. Del tamaño de todo un pueblo. Del tamaño de Angrois.