El fiscal reproduce la confesión del robo «por venganza» del Códice
GALICIA
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Cuando fue despedido de la catedral, Fernández Castiñeiras se sintió traicionado por el exdeán, del que dijo: «Éramos como tío y sobrino»
21 ene 2015 . Actualizado a las 15:46 h.Como el ladrón del Códice Calixtino se negó a responder a las preguntas del fiscal y del abogado de la catedral, el ministerio público solicitó al tribunal la reproducción de la declaración que, tras ser detenido, Manuel Fernández Castiñeiras hizo ante el juez que instruyó el caso, José Antonio Vázquez Taín. Al contrario que ayer, en aquel 6 de julio del 2012 sí hizo una confesión completa en la que admitió haber robado tanto el famoso libro como dinero de la basílica compostelana.
En el 2012 no costó mucho que confesara, aunque lo hizo dando mil rodeos. La policía no solo había encontrado el Códice en su garaje y 1,7 millones de euros en sus tres pisos en propiedad, sino que también había hallado unas agendas en las que Fernández Castiñeiras lo apuntaba todo. En ellas reflejó el dinero que sacaba o cogía -son los verbos que él usa- tanto de la catedral como del que por entonces era deán, José María Díaz. Y era meticuloso, ya que anotaba las cantidades en euros y pesetas y las personas con nombre y cargo completo.
Sobre los robos de dinero, confesó que cogía dinero de la caja fuerte de la catedral, pero solo reconoció haberlo hecho hasta el 2005, el año en el que sufrió un ictus que le tuvo varios días en coma. Cuando el juez le preguntó si las cantidades anotadas con tanto detalle en sus agendas coincidían con las que había robado respondió: «Sí, más o menos». Pero cuando Taín le insistió en si también había saqueado la caja fuerte después del 2005 lo negó con la indeterminación que mostró en todo el interrogatorio. «Seguramente lo cogí antes del ictus todo», dijo.
Al juez le chocaba que si no había robado dinero en la catedral desde el 2005 hubiese podido ahorrar los 1,7 millones de euros que tenía en sus tres pisos, de los cuales al menos el de A Lanzada (Sanxenxo) lo pagó al contado. Fernández Castiñeiras zanjó la cuestión con un «trabajaba mucho». La misma versión que ofrece ahora para todo el dinero, ya que ya no admite haberse llevado ni un euro de la basílica compostelana.
En cuanto al robo del Códice, en el 2012 dijo que no lo había planeado. «Fui al baño [al claustro] y el deán salió y yo entré [en el archivo]. Aproveché la ocasión», explicó. Y después añadió a preguntas del fiscal que se lo había llevado «bajo la chaqueta».
¿Pero por qué robó el libro? «Por venganza», afirmó ante Taín, y añadió que en la catedral «me habían humillado mucho» cuando, tras muchos años de trabajo en el templo, le despidieron sin pagarle ninguna indemnización por haber estado siempre sin contrato y sin estar dado de alta en la Seguridad Social. En aquel momento José María Díaz no era deán «y él me dijo que reclamara mis derechos porque a la catedral le sobraba el dinero», pero cuando el canónigo accedió al cargo «cambió» y vio traicionada una relación que había sido «muy buena, no le voy a decir que como padre e hijo, pero sí que como tío y sobrino», señaló.