El PSOE expulsa al alcalde de Becerreá tras 6 faltas muy graves por perjudicar a su partido

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El regidor llevaba 37 años en el partido y denuncia una «purga»

10 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de 37 años en el PSOE, Manuel Martínez acaba de ser expulsado «definitivamente» del partido en el que ha sido una de las referencias en la provincia de Lugo. El alcalde de Becerreá, exsenador y diputado en el Congreso y eterno aspirante a presidir la Diputación acaba de recibir la notificación por la cual la Secretaría de Organización y Acción Electoral, que depende del comité federal del PSOE, pone fin al expediente abierto en noviembre «por haber actuado en contra de acuerdos expresamente adoptados por los órganos del partido».

Martínez aún tiene un último cartucho para evitar esta decisión. Y lo basará, según anunció ayer, en que no se le contestó al recurso de reposición en el que pedía, como prueba testifical, que se le tomase declaración al exsecretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, y al exsecretario provincial, Juan Carlos González Santín. Además, el regidor de Becerreá solicita que se suspenda el acuerdo de expulsión hasta que no se resuelva el último recurso que le queda, ante la Comisión Federal de Ética y Garantías.

La decisión de la dirección del PSOE -que también acarrea la pérdida de los cargos públicos dependientes del partido- se tomó en base a que consideran que Martínez cometió seis faltas «muy graves» que perjudicaron al grupo provincial socialista en la Diputación, entre ellas la de haberse ausentado de votaciones en plenos cuando el acuerdo era votar a favor de las iniciativas socialistas, votar a favor de propuestas del PP, impedir la voluntad del presidente socialista Darío Campos e incurrir en «una mala conducta cívica y ética» por no asistir a reuniones del grupo provincial. Martínez, por su parte, considera que «só queren marear a perdiz, para ver senón contesto e entón expulsarme por non recurrir». Incluso, considera que todo el proceso forma parte de «una purga llevada a efecto sin pruebas» y apeló a las repercusiones que puede tener esta decisión «para el ejercicio de algunos derechos fundamentales», dejando entrever que el asunto puede acabar en los juzgados.

Los problemas entre Martínez y sus compañeros se remontan a junio del 2015, cuando a pesar de haber sido elegido candidato socialista a presidente de la Diputación tuvo el veto del BNG por una imputación cuando era delegado de Vías e Obras (denuncia archivada el pasado abril). Finalmente el PSOE decidió presentar a Campos como candidato y Martínez no lo apoyó, permitiendo que la popular Elena Candia accediese a la presidencia. Aquel «esperpento», como ayer mismo calificó Martínez, se recompuso en las filas del PSOE cuando en octubre el diputado díscolo firmó y apoyó la moción de censura contra el PP. Pero el veto del BNG a Martínez seguía vigente y no le permitió acceder a la junta de gobierno. Este comenzó a romper la disciplina de voto del PSOE en el pleno de noviembre. La publicación de unas fotos de una reunión en una cafetería de gasolinera entre el y la portavoz del PP confirmaron las sospechas del grupo provincial, quien dio traslado de los hechos al comité federal para su expulsión provisional.

Desde ese momento, gran parte de las propuestas del gobierno provincial (PSOE y BNG) fueron tumbadas por los votos del PP y del diputado no adscrito, hasta el punto de que el presupuesto provincial quedó bloqueado durante meses. Al final, el presidente Campos pactó con el PP y con el díscolo Martínez las cuentas del 2016, dejando la BNG con la única opción de marcharse del gobierno provincial. Tras los reproches de hace un año se pasó al apretón de manos.

Por el camino, Martínez ha conseguido la vicepresidencia de Suplusa (una sociedad urbanística) y la financiación para una residencia de mayores en Becerreá, pero perderá su condición oficial de militante del PSOE desde 1979. «Síntome de corazón, ideas e sentimentos socialista», recordaba ayer. Lo que no perderá es su cargo de alcalde. Cuenta con el apoyo de los otros 7 concejales del PSOE. «Mentres queira ser alcalde, vai contar co noso apoio, sexa dentro ou fora do PSOE, como se nos temos que ir do partido», señaló ayer su hombre de confianza en Becerreá, Claudio Vázquez, quien lamentó que nadie del partido se haya dirigido a ellos durante todo el proceso de expulsión.