Caso Diana Quer, ¿un callejón sin salida nueve meses después?

La Voz

GALICIA

Barbanza sigue siendo la primera opción para dar con el paradero de la joven madrileña desaparecida en A Pobra

31 may 2017 . Actualizado a las 15:34 h.

Tras la emisión esta noche en Antena 3 de Lo que la verdad esconde: Caso Asuntala segunda parte del documental sobre el crimen de Teo, se incluye en la misma cadena un nuevo especial sobre el caso de Diana Quer, la joven madrileña que fue vista por última vez el 22 de agosto del 2016 en A Pobra do Caramiñal, su localidad de veraneo durante los últimos 16 años.

Una búsqueda que se encuentra en un punto de difícil avance y que desde hace un mes entró en una fase exclusivamente tecnológica (con el cotejo de un sinfín de datos obtenidos, principalmente, en teléfonos, repetidores de telefonía móvil y en cámaras de videovigilancia), después de que el pasado 21 de abril el juez decidiese levantar el secreto de sumario y sobreseer provisionalmente la causa en contra del criterio de los padres y de los agentes encargados de la investigación que consideran que, teniendo más tiempo, pueden esclarecer lo ocurrido.

Durante los primeros ochos meses de la investigación, la Guardia Civil recogió más de 200 testimonios, como informó Javier Romero en La Voz, los cuales pusieron en el punto de mira a numerosos individuos sin relación entre ellos y con perfiles opuestos. Finalmente, la criba cercó a tres, uno de ellos vecino de la comarca de Barbanza y los otros de diferentes localidades de Galicia, también sin relación entre sí, como los presuntos culpables de lo ocurrido.

Ante la falta de pruebas incriminatorias, el caso tomó otro rumbo para explotar nuevas líneas que permitan, finalmente, tener argumentos de peso para dejar atrás las conjeturas y dar paso a las acusaciones concretas.

El auto judicial de abril, que supuso el sobreseimiento provisional del caso, también implicó su segunda novedad importante, al motivar el primer flujo de información oficial que trascendió en ocho meses. La primera llegó en octubre del 2016 con la localización del móvil de la joven muy cerca del muelle de Taragoña. Sin embargo, tras varios meses de investigación, los agentes aparcaron el análisis del terminal de Diana Quer tras no obtener ninguna prueba.

Complejidad del caso

Los responsables del trabajo policial siguen contando con agentes destinados de forma permanente a la investigación, y siempre con la premisa de dar con el culpable, o culpables, y posibles encubridores para acabar encontrando a la joven. El plazo estimado que manejan indica que, al menos, serán necesarios varios meses más de trabajo y descartan que este caso tenga relación, por ejemplo, con el de Yéremi Vargas, que implicó diez años de rastreo para acabar imputando al presunto culpable de la muerte del niño canario.

En todo caso, y atendiendo al tiempo medio que implican las investigaciones de desaparición, el caso de Diana Quer solo lleva unos meses abierto, que es un plazo muy corto. 

La clave

El juez expuso en su auto de abril que existen indicios para creer que la desaparición de la joven madrileña no fue voluntaria, conclusión a la que llegó la Guardia Civil hace meses, pero que no ayuda a determinar qué le pasó a Diana Quer aquella noche de verano en la que no regresó a casa, ya que la localización del paradero de la joven, parte crucial para resolver cualquier investigación de este tipo, sigue sin esclarecerse.

La tesis más creíble

Consumo y tráfico de drogas. Entre los investigadores existe el convencimiento de que la persona o personas que pudieron participar en la desaparición de Diana son consumidoras de drogas y se lucran con su venta. En este contexto, y como aclaró en La Voz Javier Romero, se puso el punto de mira sobre un vecino de Arousa norte vinculado con Boiro y Rianxo, que acumula antecedentes por una importante operación antidroga en la que estaba implicado un conocido clan de Barbanza con tradición en este negocio ilícito. En el mismo perfil hay que encajar a otros dos individuos que, según varios testigos, fueron vistos con la joven en el puerto de Taragoña (Rianxo) la misma madrugada que la madrileña desapareció en A Pobra.

Los feriantes

Parte inicial. Fue un colectivo que, atendiendo a los permisos dados para montar atracciones y otros puestos ambulantes en las fiestas de agosto en A Pobra en la fecha que desapareció la joven, estuvo muy enfilado. En este caso se investigó también si entre los feriantes que hacían su trabajo con autorización municipal podía haber otros que, aprovechando la aglomeración propia de unas fiestas estivales, pudieran instalar su puesto sin pedir permiso, lo que implica que no estarían en el censo de feriantes que pagaron las tasas pertinentes al Concello.

La trata de blancas

La tesis que siempre defendió la madre. Diana López-Pinel, madre de la desaparecida, sostiene que su hija fue víctima de un rapto que tenía como finalidad la trata de blancas. Así lo afirmó en una entrevista concedida a La Voz, en la que añadió que, en su opinión, su hija Diana era un objetivo claro cuyo rapto había sido planeado de la mejor manera posible para que nada saliese mal. También señaló que la localización del teléfono móvil de su hija, en Taragoña, fue una casualidad buscada por los supuestos culpables, que habían tirado allí el dispositivo para despistar a la vez que abandonaban la comarca de Barbanza, primero, y luego Galicia para llevarse lejos a la joven.

El colectivo SOS Desaparecidos defiende una tesis muy parecida a la de la progenitora, a la vez que afirma que todavía existen opciones de encontrarla viva.

Malas compañías

En Madrid y en A Pobra. Las primeras serían del nuevo instituto en el que cursaba sus estudios, donde habría algunos jóvenes que no pueden considerarse como la mejor compañía posible. En la villa de veraneo, Diana Quer siempre tuvo unas amistades muy concretas y localizadas, aunque el pasado verano, cuando desapareció, surgieron otras personas con un perfil de pandilleros y con hábitos poco recomendables, que nunca gustaron a los padres de la joven.

La guerra de los Quer López-Pinel

MARCOS CREO

La misteriosa ausencia de Diana Quer se convirtió rápidamente en uno de los casos más mediáticos de España, una expectación a la que también contribuyó la tormentosa relación que arrastran, desde hace años, los padres y que el caso sirvió para poner a ojos de la opinión pública. 

Con su hija mayor desaparecida, los padres de Diana libraron un enfrentamiento público por la custodia de Valeria, la hermana menor. Tan solo ocho días después de la desaparición de la joven en A Pobra, una jueza de Ribeira le retiró a la madre la custodia de Valeria de forma cautelar tras ser investigada (antes imputada) por un presunto delito de maltrato a menores. A este punto se llegó después de que la hija menor sufriese varias crisis durante su estancia de verano en A Pobra do Caramiñal y estando únicamente a cargo de su progenitora. Finalmente, la justicia archivó la acusación.