Esta semana, los tonos cálidos han coloreado los amaneceres en Galicia y gracias a la ciencia sabemos que ese bello espectáculo solo anuncia unas determinadas condiciones atmosféricas
08 sep 2020 . Actualizado a las 18:59 h.En la época precientífica la presencia del rojo en el cielo no anunciaba nada bueno. Una superstición que quedó muy bien reflejada en el largometraje El Señor de los Anillos cuando Légolas dijo aquello de «el sol se alza rojo, se ha vertido sangre de noche». Esta semana los tonos cálidos colorean los amaneceres en Galicia. Y gracias a la ciencia sabemos que ese bello espectáculo solo anuncia unas determinadas condiciones atmosféricas. «Hemos tenido mucha estabilidad, pero con una borrasca en Azores que introdujo humedad. Esto propició la formación de cirros y cirrostratos, formadas por cristales de hielo que interaccionan con la luz. Cuando el sol está muy bajo ilumina estas nubes desde abajo y les da ese tono rojizo», dice el meteorólogo Juan Taboada.
Los colores del cielo son el resultado de una mezcla entre la composición de la luz, la atmósfera y nuestra fisiología. Desde Isaac Newton es conocido que la luz es blanca y está formada por los colores del arco iris. Cuando tiene que atravesar la atmósfera interacciona con las partículas, se descompone y los colores se desperdigan en todas las direcciones. El azul se dispersa más que el resto dando al cielo un tono azul violeta. De hecho deberíamos verlo también violeta pero los conos, unas células fotosensibles que hay en la retina, son sensibles al azul y eliminan el violeta.
«El cielo se pone rojo porque al atardecer o amanecer los rayos solares tienen que atravesar una parte de la atmósfera mayor y pierden el azul. Lo que llega a las nubes altas son los colores rojos y esos son los que se reflejan a nuestro ojo», añade Juan Taboada.
Los cielos anaranjados también ayudan a realizar pronósticos meteorológicos. La sabiduría popular los identifica con buen tiempo. «Como la circulación en nuestras latitudes es del oeste hacia el este, cuando el sol se pone está iluminando desde el oeste y nos puede avanzar lo que pasará en las siguientes horas. Si el atardecer es muy rojizo significa que hay muchos aerosoles, poca humedad y por tanto no debería llover a la mañana siguiente», recuerda. De todas formas, no es una regla que se cumple siempre. A veces se observan esos crepúsculos en un día de lluvia, sobre todo con una configuración de chubascos. Además, debemos diferenciar el cielo de las nubes, que también pueden adquirir esos tonos. Las nubes rojas indican que hay humedad en la troposfera, la capa baja de la atmósfera y esto puede ser síntoma de que se aproxima una borrasca desde el oeste.