Así es el pueblo más endeudado

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

En Os Blancos, primer municipio en ser intervenido por su deuda, piden no pagar por los errores de sus políticos

31 dic 2017 . Actualizado a las 19:25 h.

El Concello de Os Blancos (Ourense) es el primero de Galicia que será intervenido por su diputación debido a su grave crisis económica. Es el ayuntamiento más endeudado de la comunidad. Solo al Estado y a la Xunta le debe 1,6 millones. Así, para salir de esta crisis, cada uno de sus 850 vecinos tendría que poner cerca de 2.000 euros. Y no es una simple forma de hablar; una de las medidas para salir de la crisis es un drástico incremento de impuestos. Además, el problema es que, al mismo tiempo que la deuda municipal se disparaba, la población se reducía sustancialmente. En el año 2000, el concello tenía 1.322 vecinos, un 39 % más que ahora (812).

MIGUEL VILLAR

Nada más llegar a Os Blancos, el visitante se encuentra la calle principal, que lleva el nombre de José Luis Baltar Pumar. El expresidente de la Diputación ourensana, condenado por prevaricación, tenía incluso un busto en el pueblo, pero fue retirado hace años, después de que el alcalde que le dedicó tal homenaje ingresase en prisión por malversación de fondos públicos. Se trata de José Antonio Rodríguez Ferreiro, que fue regidor de Os Blancos en los años noventa por el PP y que también será recordado por ser el artífice de la construcción de una nueva casa consistorial. Finalmente, tras años cerrado, el edificio lo usa ahora un colectivo cultural. La presencia del llamado Espazo Matrioska ha logrado iluminar en cierto modo al pueblo ya que los artistas que participan en sus encuentros han decorado algunas fachadas de la localidad.

Justo al lado de la fallida casa consistorial está Enrique Fernández recogiendo berzas en su leira. Nació en Os Blancos, conserva esa propiedad en el pueblo y acude con frecuencia a ocuparse de ella, pero hace años que no vive en el municipio. Como muchos otros, trasladó su residencia a la capital de la comarca, Xinzo de Limia. «Aquí non hai industria nin hai nada. ¿Como non vai marchar a xente? O que tiñan que facer é dar axudas para a agricultura», comenta.

MIGUEL VILLAR

Enrique sabe de la grave situación económica en la que está el Concello de Os Blancos pero, como ya no está censado allí, prefiere no opinar. Vivan o no vivan en el pueblo, lo cierto es que muchos no quieren hablar. «Aquí todos nos coñecemos e por iso non quero dar o meu nome, pero todos sabemos quen son os culpables disto. Os que o fixeron son de aquí e eu coñézoos. Eles son os que teñen que pagar, non eu. A culpa non foi miña», explica, con sus manos entrelazadas con su bastón, un hombre que supera los 80 años mientras toma el café en uno de los dos bares del pueblo. Él resume así el sentir de muchos: «¿Se son eu o que fago dano, por que terías que pagar ti?».

Al salir, frente al bar pasa un tractor. Lo conduce Marcelino Fernández, que sí está dispuesto a hablar. Y lo hace con claridad: «Isto todo foi culpa de José Antonio». Se refiere a José Antonio Rodríguez Ferreiro. De nuevo, el nombre del exalcalde condenado por malversar fondos públicos del Concello. «Tiña ao pobo contento porque facía moi boas festas, pero logo marchou cos cartos», dice Marcelino, que está contento porque ha vendido un buen número de cabritos para las fiestas navideñas, pero que admite que el pueblo no tiene futuro: «Aquí todos son vellos e dentro de dez anos só quedaremos os que son coma min, os que temos sobre cincuenta anos».

MIGUEL VILLAR

Si se cumple su pronóstico y se mantiene esa tendencia demográfica, cada vez habrá menos vecinos para pagar los impuestos municipales. Y hay que tener en cuenta que, además de ceder a la Diputación la gestión de servicios como el abastecimiento y saneamiento de aguas o el mantenimiento de las vías públicas, los planes del gobierno local para salir de la crisis pasan también por elevar la presión tributaria a la que están sometidos sus habitantes. El bar frente al que hablamos con este hombre está justo al lado de la casa consistorial -la vieja, la única que funciona como tal- y a unos metros de la farmacia. Protegida por su paraguas se dirige hacia allí, para comprar sus medicamentos, Julia Pérez. Ella, como todos los vecinos que hablan sobre el tema, confiesa estar muy enfadada por el incremento de impuestos que prevé el Ayuntamiento. El IBI, por ejemplo, se elevará hasta llegar al máximo legal. «A min paréceme demasiado. Xa cobran máis do que deben. Os pensionistas somos cada vez máis pobres porque eles non nos soben a pensión, pero si sube todo o que nós temos que pagar», explica. A costa del esfuerzo de vecinos como ella, el pueblo más endeudado de Galicia saldrá de su crisis en un plazo de diez años, según el actual alcalde, José Manuel Castro (PP).

Todos señalan al exalcalde que malversó, pero él reparte culpas

El popular José Antonio Rodríguez Ferreiro fue alcalde de Os Blancos entre los años 1991 y 1999. Fue a juicio en el año 2006 y acabó condenado a cinco años de cárcel por una malversación de 75.000 euros. Estando ya en tercer grado y con una pulsera telemática para controlar sus movimientos, concedió una entrevista a La Voz de Galicia. Ya se conocían los graves problemas económicos de su Concello y él asumía su parte de culpa. «Eu recoñezo que cometín un delito, que malversei 75.000 euros e estou pagando por iso económica e penalmente. Síntome arrepentido e avergoñado», decía Rodríguez Ferreiro. En todo caso el exregidor también señalaba a sus sucesores. «A maior parte da débeda vén deses anos», asegura el exalcalde, que lleva 18 años alejado del cargo.