La ola solitaria de punta Langosteira

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La tecnología ha terminado por dar la razón a la gente del mar

19 ene 2018 . Actualizado a las 09:52 h.

El océano esconde muchos mitos. Desde tiempos inmemoriales, los marineros que arribaban a puerto hablaban a menudo de una ola que se alzaba sobre las demás e impactaba con fuerza en los barcos. La existencia de la ola solitaria se mantuvo siempre dentro de la leyenda. La ciencia ha sido muy escéptica con esos testimonios. Pero la tecnología ha terminado por dar la razón a la gente del mar. En 1995 una boya oceanográfica registraba una ola con esas características en el mar del Norte. Cuando la altura máxima supera el doble de la significante se considera solitaria. Es un fenómeno excepcional que no puede explicarse simplemente por la transferencia de energía del viento al mar. Hoy, con la ayuda de los satélites, se ha podido saber que son habituales aunque su origen sigue siendo un misterio.

La borrasca Evi ha provocado en la costa gallega olas solitarias, gigantes e incluso ha permitido batir el récord de altura máxima en punta Langosteira. La boya situada en el litoral coruñés registró a las cinco de la tarde una ola de 19,23 metros. Una cifra que supera la marca anterior, fijada en 15,6 metros. En el gráfico se observa cómo sobresale por encima del resto. Es difícil conocer qué hay detrás de esa elevación del mar pero justo en ese momento el temporal impactaba con más fuerza, coincidiendo con la pleamar. La misma boya de punta Langosteira registró una altura significante de 12,37 metros. También supone el récord en este parámetro desde que el aparato está operativo en el 2013.

Llama mucho la atención las cifras que ha dejado el oleaje asociado a Evi. Este sistema de bajas presiones no podía estar más lejos. Las borrascas que suelen generar los peores episodios de tiempo extremo en Galicia tienen su centro de acción en Irlanda. Sin embargo, Evi ha enviado el mar de fondo desde Groenlandia. Además, en nuestra comunidad teníamos dos factores importantes que frenaban el avance del océano, la marea meteorológica y sobre todo la ausencia de viento. Y un así los registros han estado solo un poco por debajo del récord absoluto alcanzado en enero del 2009 cuando se registró una altura significante en la boya de Villano-Sisargas de 13,5 metros. Quizás le suene esa fecha. Las olas gigantes llegaron de la mano de Klaus, los restos de un huracán convertido en ciclón extratropical que pasó muy cerca de Galicia provocando caos y destrucción.

No deja de ser sorprendente comparar los efectos en el mar de una borrasca tan lejana con el peor temporal de nuestra historia. Evi demuestra que el Atlántico está a pleno rendimiento y formando ciclones potentes. En las últimas horas, otra borrasca, Friederike, ha paralizado el centro de Europa, provocando al menos nueve fallecidos. Las rachas de viento han superado los 200 km/h. Un dato estremecedor.