«Para mí esas cosas, hachís, Colombia, sicarios, son absolutamente extrañas»

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

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La abogada arousana condenada por 2.000 kilos de coca alega un estado de «shock» sin diagnosticar para no responder al juez

27 feb 2019 . Actualizado a las 16:45 h.

Tania Varela (Cambados, 1974), abogada y narcotraficante, asegura llevar diez años (de los que cinco estuvo huida de la Justicia) en estado de shock: «Ni sé en qué momento perdí la memoria, no lo puedo precisar». Todo empezó en el mismo momento en que dos sicarios colombianos dispararon (18 de diciembre del 2008) en Madrid contra su entonces pareja, el letrado Alfonso Díaz Moñux, en su presencia. A los pocos días del crimen, Varela declaró a la Policía Nacional que su expareja llevaba un año denunciando amenazadas de muerte sin obtener mayor respuesta. Ahora se agarra a la amnesia para justificar su silencio: «No recuerdo nada, ni lo que declaré en su día a la policía, estoy muy mal desde entonces».

Así lo manifestó en su declaración como testigo el pasado 18 de abril en la vista contra el último acusado, aún no juzgado, por el crimen de Moñux, Miguel Ángel Durán, que se fugó a Brasil (allí era una estrella televisiva de lucha libre) hasta su detención el pasado octubre, que fue devuelto a España. Los otros siete encausados cumplen desde el 2015 condenas que van de los tres a los 24 años de cárcel. Tania Varela se sentó frente al magistrado titular de la sección número 16 de la Audiencia Provincial de Madrid, el fiscal y las cuatro acusaciones particulares personadas en la causa.

La que fue hasta su detención, el pasado marzo, la mujer más buscada por la Europol, se mostró altiva por momentos, incluso contestataria ante algunas preguntas que se negaba a responder por esa presunta amnesia que, a instancias de la acusación, reconoció no estar diagnosticada: «Ni estoy en tratamiento, pero sí en shock». Pese a la pérdida de memoria, la abogada reconvertida a narcotraficante -fue condenada por un alijo de 2.000 kilos de coca-, sí evidenció recordar con lucidez el argot judicial, expresándose, en calidad de testigo, como una letrada más y poniendo de manifiesto los conocimientos sobre derecho que aprendió hace ya dos décadas. 

«Malditos colombianos»

La Fiscalía y las acusaciones preguntaron insistentemente a Varela por las declaraciones que hizo a los agentes que investigaron el crimen. Ella, apelando a su desmemoria, se enrocó. «No recuerdo haber dicho la expresión “malditos colombianos”, le insisto en que no recuerdo haber dicho esa expresión ni ninguna», declaró antes de añadir: «Para mí todas esas cosas: hachís, sicarios, Colombia son absolutamente extrañas». Lo que ahora es amnesia, a los pocos días del crimen era lucidez en forma de acusaciones directas y concretas, según recogió la policía en sus diligencias: «Está convencida de que los asesinos son colombianos y han sido enviados por su anterior pareja, David Pérez Lago», que fue cliente de Alfonso Díaz Moñux en diferentes procesos penales, hasta que se enemistaron cuando el abogado dejó su representación y se ennovió con su última pareja, Tania.

La declaración de la llamada a ser testigo clave se quedó en nada. Solo al ser preguntada por su expareja David Pérez Lago -hijo de la esposa fallecida de Laureano Oubiña, Esther Lago- sí pareció recordar algo: «El enfrentamiento entre ellos no era por mí, fue por un tema entre ellos. Desconozco el motivo, Alfonso me mantenía al margen. Era un abogado que llevaba temas bastante delicados y tenía bastantes frentes abiertos. A David Pérez Lago lo mencionó como mencionaba a otra gente, sí».

El hecho de que Varela sí recuerde a Pérez Lago y poco más alentó nuevas preguntas de las acusaciones que revolvían a la testigo en su silla. La realidad, según documentación judicial o policial, es que Varela sí sabía que su pareja estaba amenazada de muerte por colombianos. Ahora se escuda en su olvido, que, atendiendo a su declaración de 40 minutos, puede interpretarse como selectivo.