Acude hoy a la Moncloa para exigir los compromisos con Galicia que asumió Rajoy
17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Pedro Sánchez lo va a tener muy fácil para contentar hoy a Alberto Núñez Feijoo. A diferencia de las reuniones mantenidas con el lendakari Urkullu y con Quim Torra, el presidente del Gobierno tiene la oportunidad de responderle con un «sí a todo» sin temor a incumplir la ley o a generar un incendio en el resto de las comunidades autónomas, que irán pasando por la Moncloa en las próximas semanas a exigir lo suyo. Basta, según el presidente de la Xunta, con que el líder del PSOE ratifique los compromisos formalizados con Galicia por parte del anterior Ejecutivo y que están recogidos por escrito en los Presupuestos Generales del Estado o en otros documentos oficiales. Feijoo garantiza que mantendrá en sus exigencias la misma intensidad que empleó con el Gobierno afín de Mariano Rajoy, y que incluso va a renunciar a recordarle a Sánchez los «ambiciosos» compromisos que reclamaban los socialistas en la oposición, en Madrid o en Galicia. Ni más ni menos. Sin embargo, habrá otras demandas intangibles, difíciles de valorar políticamente en el momento, y que tienen que ver con los pactos no escritos -o no publicados- que el Gobierno haya alcanzado con fuerzas que han prestado su apoyo a la moción de censura, y cómo estos pueden afectar a Galicia.
Un calendario firme
El AVE, con plazos. El ministro Ábalos se adelantó el pasado jueves en el Congreso y le chafó a Pedro Sánchez un buen golpe de efecto con el presidente gallego: el compromiso de que los plazos para que el AVE entre Madrid y Galicia esté en pruebas en el 2019 sigue vigente. Fomento ya tiene la confirmación del ADIF de que el ajustado calendario sigue siendo posible si se respetan los tiempos de los contratos y se mantiene el dinamismo en la ejecución de una obra a la que nadie le niega sus complejidades. Feijoo quiere proponer un cronograma y tendría lógica que exija al Gobierno una revisión periódica como la que mantenía sobre el anterior ministro, Íñigo de la Serna, que daba cuenta de la marcha de las obras al menos una vez al trimestre. Con este hito aparentemente salvado, la Xunta quiere comprobar el nivel de compromiso de Sánchez con las variantes para entroncar los trenes de alta velocidad con Vigo y con la capital lucense, al margen de las mejoras reclamadas en otras líneas ordinarias.
Transferencia y peajes
La AP-9. La autopista que vertebra el eje atlántico de Galicia tendrá tanto protagonismo como el AVE o más, porque las demandas en torno a esta infraestructura tienen más que ver con cuestiones políticas que presupuestarias. El actual Ejecutivo gallego, que a través del grupo parlamentario popular siempre ha apoyado la transferencia a Galicia de la autopista -en manos de Fomento y con una concesión por años a Audasa- se encontró siempre con la negativa del Gobierno amigo en el Congreso. Ahora Feijoo quiere poner a prueba la capacidad de los socialistas para solventar una decisión con implicaciones en otros territorios, donde otros presidentes están pidiendo también asumir responsabilidades sobre viales estratégicos que están ahora en manos del Estado. Además, tiene un entuerto concreto que aclarar: los avances para levantar el peaje de Redondela, que la concesionaria deberá repercutir al resto de los usuarios de la AP-9. Igual que ocurrió con el AVE, las primeras reacciones de los socialistas fueron para denunciar la inacción en esta iniciativa. Feijoo defiende la existencia de trabajos previos, aunque admite que no será fácil llegar a un acuerdo en julio, como estaba previsto.
FInanciación y deuda
Preocupación. El presidente gallego podrá pulsar de primera mano las intenciones de Sánchez respecto a la financiación autonómica. El cambio de modelo quedó congelado con el Gobierno de Rajoy, apurado por el desafío catalán, pero sigue siendo una prioridad de las comunidades que, como Galicia, buscan un nuevo reparto que atienda mejor las demandas de 47 millones de ciudadanos, y no de 17 territorios. La Xunta se presentará como una gestora eficaz de su déficit, y en esa medida pedirá un tratamiento justo con respecto a la deuda, que evite premios a los incumplidores y que no genere nuevos desajustes entre los que menos tienen.
Otros asuntos
Meirás y Tui. Habrá asuntos concretos para los que Galicia también espera respuesta. Feijoo encontrará receptividad por parte de Sánchez en las iniciativas públicas que con unanimidad está resolviendo el Parlamento sobre la recuperación del pazo de Meirás; y le recordará las obligaciones del Estado en la aldea de Tui afectada por la explosión.
Gestos
Dentro de la Moncloa. El encuentro con el primer líder popular autonómico, previsto para las 17 horas, dejará gestos epidérmicos, como el lugar en el que Sánchez salga a recibir a Feijoo, que suele interpretarse como una muestra de respeto. Feijoo también ha querido aportar su granito simbólico dándole normalidad al hecho de ofrecer su rueda de prensa en una sala de la Moncloa, cosa que no hizo Torra. Será una manera de recordarle a Sánchez quiénes son los presidentes que están actuando con «lealdade» por encima de las siglas.
Caballero quiere que el presidente de la Xunta asuma los incumplimientos del PP
La oposición también espera atenta la reunión, pero de antemano ya le ha valido para enfocar sus críticas hacia el Gobierno gallego. Los socialistas, por ejemplo, creen que el primer paso que debe dar Feijoo ante Sánchez y ante la sociedad gallega es reconocer los incumplimientos de su propio partido, y a continuación mostrar una actitud de mayor cooperación con el Ejecutivo nombrado tras la moción de censura. Gonzalo Caballero confía en que Feijoo no aproveche este encuentro para ponerse «ao servizo dun PP en horas baixas», y recordó que ya existe un compromiso con las infraestructuras gallegas.
Luís Villares puso el foco con más intensidad todavía sobre el presidente gallego y, sin entrar en cuestiones concretas, auguró que este llegará a la Moncloa con una actitud «farruca» y con más «postureo» que contenidos reales. El líder de En Marea se mostró irónicamente preocupado por la tristeza que le pueda suponer subir las escalares de la Moncloa «sabendo que non será o presidente do Goberno», y lamentó la «afonía» de los populares gallegos cuando el Estado dejaba partidas presupuestarias «sen executar» o tras las reiteradas negativas a abordar la transferencia de la AP-9. No hizo menciones al AVE, pero sí confió en que le traslade a Sánchez la situación ferroviaria del norte de Galicia o el deficiente servicio entre Santiago y Ourense. También sugirió que intente arrancar un compromiso para que el sector eólico pueda asumir la construcción de turbinas.
Ana Pontón (BNG) reclamó en genérico una «axenda galega» abordada en profundidad, y alertó de que Feijoo utilizará Galicia de forma «partidista» contra Sánchez. Más en concreto, y tras «dez anos de submisión ao PP», la portavoz del Bloque le pidió avances en la gestión de la AP-9, que reclame la derogación de la prórroga a Ence o el establecimiento de una tarifa eléctrica propia.