Emerxencias da varias pautas para distinguir la especie y determinar la urgencia de la retirada del nido
29 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Tamaño y color son las dos características que diferencian a la avispa asiática de la autóctona a simple vista. También la forma y colocación de los nidos sirven de prueba para saber si se encuentra ante un grupo de velutinas o se trata de una falsa alarma. En total, cuatro pautas que proporciona la Axencia Galega de Emerxencias (Axega) para identificar los ejemplares de la especie invasora y así colaborar con los servicios de intervención para facilitar la planificación de su retirada tan pronto como sea posible.
Por tanto, antes de llamar al número habilitado para centralizar la retirada de nidos (012), la Axega pide que se recojan, «na medida do posible e sempre sen comprometer a seguridade, unha serie de datos de importancia para identificación da especie, clasificación da incidencia e organización da actuación» de los servicios de emergencia. Se trata de signos relativamente sencillos de determinar que no exigen rebasar la distancia de seguridad, fijada en cinco metros.
el insecto
Más grandes. Es uno de los factores más importantes, por no decir el más destacado. Lo primero en lo que hay que fijarse es en el tamaño del insecto, mayor que el de la avispa autóctona. No hay mucha dificultad a la hora de comprobarlo, porque se trata de un animal que es más de dos veces el tamaño de la avispa tradicional. Si esta mide unos 15 milímetros de media, en el caso de las velutinas pueden llegar con facilitad a los 35 milímetros.
Otros colores. Detectar solo por el color que se trata de la especie invasora ya resulta algo más complicado, porque son pequeños detalles que para las personas poco acostumbradas a los insectos pueden pasar inadvertidos. Por ejemplo, el segmento final del abdomen es amarillo-anaranjado en el caso de las avispas asiáticas con un anillo final oscuro; las avispas habituales en Galicia suelen tener la mitad inferior del cuerpo en amarillo claro, color paja; además, el tórax es mucho más oscuro, casi negro, en el caso de la especie foránea. Las patas también cambian: son negras pero en los extremos tienen un color amarillo; las avispas autóctonas tienen patas de color tostado, iguales del principio al fin. Finalmente, hay otras diferencias en la cabeza: es negra, mucho más oscura que el insecto común gallego.
el nido
Forma de pera. La prueba irrefutable que permite verificar un nido como enjambre de velutinas es la forma, parecida a una pera en esta época del año. En primavera y al principio de verano, suele ser más redondeado, pero conforme pasa el tiempo aumenta hasta el máximo y adquiere ese alargamiento singular. Están hechos con fibras de madera masticada, y pueden alcanzar un metro de altura y los 80 centímetros de diámetro.
Colocación. Es necesario informar si está colgando de un árbol, por ejemplo, y en ese caso indicar de qué especie arbórea se trata, a qué altura se ubica aproximadamente y si el tronco fue marcado para señalizar la presencia de las okupas, datos que facilitan la planificación de la retirada de colmenas a los grupos de intervención que se encargan de esta tarea. Muchas veces están situados en la cima de los árboles, a más de quince metros del suelo, y por eso son difíciles de ver y encontrar durante la primavera y el verano, debido al follaje. Otras veces construyen su nido en las paredes de las casas o incluso en el interior. Pueden hacerlo en unas pocas horas.
seguridad
Siempre a cinco metros. Desde Axega insisten también en que la distancia de seguridad es de cinco metros, un espacio mínimo que se debe mantener con el nido a la hora de hacer las comprobaciones que se solicitan. De esta manera se evita, en la medida de lo posible, un ataque de las peculiares velutinas.
Tras las comprobaciones, llamar. Una vez recopilados todos los datos que sea posible, llega el momento de llamar al 012. Si hay cerca personas con alergia también se puede llamar a emergencias (112).