2018: el año que vivimos peligrosamente

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

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Por primera vez hubo un Gobierno apoyado por fuerzas contrarias a la Constitución y un Ejecutivo fue desalojado a mitad de legislatura

31 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La joven democracia española tiene ya marcadas en su calendario fechas emblemáticas que supusieron puntos de inflexión en el devenir de su historia política. Comenzando por la aprobación de la ley de reforma política de 1977, pasando por el triunfo de UCD en las primeras elecciones constitucionales de 1979, el intento de involución del golpe de Estado del 23-F del 2001, la consolidación definitiva del cambio que supuso el acceso de la izquierda al poder con la victoria del PSOE en 1982 o el giro rotundo a la derecha que implicó la mayoría absoluta del PP en el 2000. Pero en ese conjunto de años históricos de nuestra democracia, el 2018 que se cierra hoy ocupa ya por derecho propio un lugar de excepción. Será muy difícil que en tan corto espacio de tiempo se arremolinen un conjunto de acontecimientos de tanta relevancia política como los que hemos vivido en el último año, y que han puesto a prueba la solidez del modelo de democracia que los españoles aprobaron de manera abrumadora en 1978, hace exactamente 40 años, cifra redonda que equivale a las cuatro décadas de noche oscura de dictadura que España vivió bajo el régimen de Franco.

El 2018 ha sido sin duda el año en el que, remedando la célebre película de Peter Weir, los españoles vivimos peligrosamente. De entrada, el 2018 fue el primer año de la democracia en el que un presidente del Gobierno accedió al poder por el mecanismo democrático de la moción de censura. Y también, por tanto, el primero en el que un Gobierno fue derribado no en las urnas, sino en el Parlamento, gracias al cambio de posición de diferentes partidos a lo largo de una legislatura. En el 2016, Rajoy fue investido presidente gracias a la abstención del PSOE y con el voto en contra del PNV. Y pese que los nacionalistas vascos se convirtieron luego en aliados del PP, el PNV acabó apoyando la moción de censura presentada por el PSOE contra el Gobierno del PP.

El 2018 ha sido también un año histórico porque, por primera vez, un partido, el PSOE, alcanzó el Gobierno apoyado exclusivamente en fuerzas políticas populistas e independentistas que tienen en común su rechazo a la Constitución de 1978, con lo que ello supone de giro radical para la posición de partido de Estado y vertebrador de la España autonómica y constitucional que siempre desempeñó el PSOE.

Y el 2018 culmina también con dos acontecimientos que marcan un antes y un después en la historia política en España. El hecho de que, presumiblemente, los socialistas vayan a abandonar el Gobierno de Andalucía, única comunidad que no había experimentado la alternancia política en toda la democracia, implica de alguna manera el cierre de la Transición. Pero esas mismas elecciones andaluzas han supuesto también que por primera vez en nuestra historia democrática la extrema derecha alcance una cifra de votos suficiente como para condicionar un Gobierno. Todos estos hechos hacen que los españoles abramos mañana el ejercicio del 2019 en un territorio político absolutamente ignoto que, al estar además cuajado de citas electorales, va a poner a prueba la solidez de nuestro sistema democrático. Esperemos que sea para bien.

El polémico brindis de la líder del PSOE vasco junto a Otegi 

Lejos de amilanarse ante las críticas internas por las concesiones al independentismo catalán, Pedro Sánchez ha sumado esta semana gestos de aproximación al independentismo vasco más radical representado por el exmiembro de ETA Arnaldo Otegi. Después de que la líder del PSOE vasco, Idoia Mendia, se retratara brindado sonriente junto al líder de EH Bildu, lo que ha causado un profundo malestar en amplios sectores del socialismo vasco y del resto de España, Sánchez dio apoyo público a ese notable gesto de acercamiento entre el PSOE del País Vasco y los herederos del brazo político de ETA asegurando que en esa imagen «no hay ningún elemento para la polémica».

El futuro de Rajoy sigue siendo un misterio en el PP 

Después de 14 años habiendo ejercido como presidente del PP, Mariano Rajoy sigue siendo un gran desconocido para la mayoría de dirigentes populares, que no acaban de tener muy claro qué es lo que se plantea el expresidente del Gobierno para su propio futuro. Nadie ve a Rajoy como conferenciante de lujo o como mediador en conflictos internacionales, al estilo de Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero. Pero muchos de los que presumen de conocerle bien aseguran que tampoco se va a quedar de brazos cruzados viendo como se destruye un modelo de partido de centro moderado del que se siente muy orgulloso. Habrá que estar atentos a sus movimientos.

La inevitable influencia política del juicio al «procés» 

¿Deben los tribunales supeditar sus decisiones al ritmo de los acontecimientos políticos o sus tiempos tienen que ser ajenos a la coyuntura política? Esta es la pregunta que se están haciendo muchos políticos y juristas ante la coincidencia del que se considera como uno de los juicios más importantes de la democracia, el que afecta a los independentistas acusados de rebelión, con el nutrido calendario electoral que se avecina. De momento, la idea que parece imponerse es la de que el Tribunal Supremo pretende finalizar el complejo juicio del procés antes de la cita electoral de mayo. Lo que no está claro es si eso va a suponer que el proceso no interfiera en la campaña o todo lo contrario.